Originalmente escrito para la revista PRIMERA LINEA, número 99, de julio de 1993, este artículo se orquestó en uno de mis primeros viajes de investigación. Para la ocasión tuve que viajar a Haití y tirarme dos semanas por la selva, visitando poblados que practicaban este culto. Lo único malo de aquel viaje es que regresé con una enfermedad tropical.
A continuación viene el reportaje, readaptado para la ocasión.
El vudú tiene sus propios sacerdotes (houngans) y sacerdotisas (mambos). Como el cristiano y el judaísmo, es una religión monoteísta, que reconoce a un sólo Dios, creador del Universo y de todo cuanto existe.
Hubo un tiempo en que se practicaba el canibalismo y se adoraba a la serpiente, aunque el significado del canibalismo, todo hay que decirlo, nada tiene que ver con el origen del vudú. De acuerdo a las creencias de los pueblos precolombinos, el ritual del canibalismo estaba emparentado con la energía que proporcionaba cada una de las partes de un cadáver, directamente relacionadas con sus dioses. El vudú, al tratarse de una asociación entre el catolicismo y los ritos afroamericanos, adoptó el sacrificio de las vidas humanas aceptado por sus antecesores (la práctica del vudú tiene su máximo exponente en Haití). Por este motivo comenzaron a honrar a sus santos (loas) junto al ritual de la sangre.
Muchos consideran que los practicantes del vudú (vuduistas) tienen conocimientos esotéricos y poderes curativos o malignos. Ahora veremos la realidad de ello.
Extraña mezcla
Aquellos que practican este concepto místico-religioso jamás revelan sus secretos. El porqué está claro. Los vuduistas practican el culto a la serpiente, los sacrificios de animales, la promoscuidad sexual, la magia negra y el misticismo; una especie de amalgama que respeta las fiestas religiosas del año cristiano. Es una mezcla extraña, poderosa e incomprensiva, que nadie quiere desvelar por temor a que los conocimientos se dispersen más de lo debido y porque hay quienes consideran que estas ceremonias religiosas son una práctica de incultos, ingenuos o de locos.
En mi viaje a Haití tuve la oportunidad de conocer la historia del vudú y algunos de los secretos de sus ritos, pues pude conocer a un bocor (médico brujo), un dyok (mago negro) y algunos houngangs. Héctor García Vázquez, un conocido periodista mexicano, me aclaró por qué algunas de las religiones asentadas en Centroamérica habían sido practicantes de ritos, como el mentado canibalismo. «La cultura del europeo católico -me señalaba- nunca ha llegado a comprender por qué los aztecas, los mayas, los toltecas y lox mixteco-zapotecos, que vivían en las tierras de Oaxaca, idolatraban falos de demonios o se comían los despejos de sus enemigos. Las Guerras Floridas no fueron actos de canibalismo salvaje para saciar el hambre, como muchos historiadores han apuntado. Durante ese tiempo, los pueblos precolombinos se preciaban de tener una variada y exquisita comida. En los sacrificios a sus enemigos, los guerreros victoriosos se comían los brazos y las piernas del muerto para que éste les transmitiera su fortaleza; los recién casados se comían los genitales para aumentar su capacidad de reproducción; y a los sacerdotes les correpondían los sesos. Los pedazos restantes se arrojaban a la multitud. Estos pueblos pensaban que si interrumpían los sacrificios morirían por mandato de Dios y no alcanzarían el tan esperado Quinto Sol, que aparecía cada cincuenta y dos años«. De esta cultura el vudú heredó las costumbres antropófagas.
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Al margen, la historia del vudú comienza con su aparición en América en 1700, importada por los negros africanos, gracias al masivo tráfico de esclavos que se produjo por aquella época. Muy pronto, Nueva Orleans se hizo famosa por el culto vuduista. No habían leyes en su contra. En 1885, el periódico americano «Daily Crescent» publicó una entrevista realizada a una sacerdotisa y sus seguidores, donde se leía lo siguiente: «Se sabe que no sólo negros, sino mujeres blancas, algunas de ellas jóvenes y hermosas, pertenecen a esta institución«. Fue el primer indicio de la expansión de esta religión entre un gran número de personas. Hoy en día más de una tercera parte de los vuduistas son blancos.
Como en otras ocasiones, alrededor del vudú ha nacido un gran negocio basado en la venta de polvos, hierbas, inciensos, velas y un gran número de objetos relacionados con su práctica. En Estados Unidos hay barrios negros con tiendas y almacenes que venden productos vudús. En la calle South Rampart Street, de Nueva Orleans, es posible adquirir estos productos, amén de contratar los servicios de un dyok, por medio de la venta ambulante. En España se pueden comprar en los bazares de brujos.
Juan Bosch y Miguel G.Aracil, de la revista esotérica «Ritos» definen así el concepto de vudú: «Es una religión -empieza Aracil- en la cual los oficiantes invocan a los espíritus, que entran o penetran en los asistentes, los cuales adquieren un poder para hacer umbandas (curaciones) o kimbandas (maleficios). El clásico vudú, el de clavar alfileres en muñecos, no es la única realidad. Otros sincronismos, como el vudú de la Corte Real, nos hablan de invocar espíritus de difuntos, para acometer pactos con ellos, cuando el cuerpo todavía está caliente. Esto, al contrario de lo que algunos puedan pensar, no es nada extraño: también el catolicisimo establece pactos con santos, que no dejan de ser personas fallecidas. ¿Son negativos estos pactos? El vudú no es necesariamente maligno. Hay trabajos vudús, realizados con muñecos, que son medicinales«. Por su parte, Juan Bosch, me muestra un muñeco vudú y me cuenta: «Una vez estuve en un ritual iniciático. Recuerdo que me encerraron en una cabaña durante tres días, casi sin comer y a oscuras, y sin poder hablar con nadie. Después me trasladaron, desnudo, a otra cabaña en la que había un palmo de sangre en el suelo. Allí me arrojaron más sangre por encima, pringándome todo el cuerpo, con la finalidad de darme más fuerza, poder y protección contra los espíritus malignos, ese era el significado del ritual. Luego me obligaron a girar y noté una especie de energía que entraba dentro de mi cuerpo. Tuve la sensación de que algo me agarrotaba las manos y me poseía, pero me dijeron que estaba todo controlado. Del resto del rito está prohibido hablar, pero te diré que establecí un pacto. Este muñequito de madera, extraño por el material, me lo llevé de recuerdo. Tras esa experiencia, sólo añadiré que éste no es un tema para tomárselo a broma. Son los que no creen en el vudú quienes no están protegidos e indefensos ante la magia«.
[** Lo encorchetado no forma parte del artículo original. Quiero añadir que, aunque en su día lo publiqué como una narración, la realidad fue que Juan Bosch y un servidor aterrizamos en Puerto Príncipe, estando perdidos en un poblado durante 15 días. Allí tuvo lugar su pacto.]
Cómo utilizar una muñeca vudú
Las muñecas vudú son el medio gracias al cual el pensamiento es transmitido con éxito. La muñeca es el instrumento con el que se establece el contacto directo entre el sacerdote, o la sacerdotisa, y la persona a la que se quiere enfermar, herir o incluso matar.
Las muñecas vudús más poderosas y efectivas son las que están fabricadas por el vuduista; aunque en algunos establecimientos se pueden adquirir, muchas de ellas en cera. Se confeccionan con cosas que conservan las vibraciones de la persona representada: objetos personales y prendas de vestir que servirán para cubrir la parte exterior de la muñeca. El interior puede ser de cera, manteca, papel, masa de pan, hierbas de eupatorio, y en él se pueden pegar ciertas partes del cuerpo del afectado: trocitos de uña, cabello, piel…
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Mientras se está fabricando se debe sacrificar a un animal y untar con su sangre fresca el relleno de la muñeca. Si la víctima es una mujer, algunos vuduistas usan la sangre de su menstruación. Cuando la muñeca está lista se ha de concentrar la imagen mental del afectado en ella.
Si se desea hacer el mal sobre la figura, se han de clavar agujas en los puntos donde se quiere que la víctima sienta dolor. Otro método que causa bastantes molestias consiste en liar un hilo negro alrededor de la muñeca vudú.
En mi viaje a Haití un houngan me explicó cuál es el método más efectivo para actuar contra tus enemigos: «La muñeca debe ser de cera. Esta se coloca en un horno y se deja derretir mientras se recita suavemente el nombre de la víctima. Mientras arde, se pincha una y otra vez con alfileres. Con este sistema la víctima sufre unos dolores atroces, llegando a morir si la figura se consume del todo«. Luego me comentó que el método de la muñeca en el jarro es otro de los sortilegios más antiguos. «Consiste en introducir la muñeca en un jarrón de porcelana marrón, que luego se cierra firmemente y se deposita en la tumba de un cementerio». Me aseguró que el enemigo representado por la muñeca muere a los nueve meses.
La sangre de cerdo
Algunos de los aspectos más exóticos del vudú, se describen ahora. Por ejemplo, los vuduistas cubren todos los relojes de pared y espejos de una pared donde yace un cuerpo. Se dice que un espíritu se torna muy destructor ante estos dos objetos.
Si una muchacha virgen muere, su cuerpo es lavado cuidadosamente por una mambo, que deberá desflorararla, con el dedo o con cualquier objeto, antes de enterrarla.
La mayoría de los altares vudús tienen un gran falo de madera. Se utiliza para los casos en que alguien cae poseído. Una mujer también puede usarlo como estimulante sexual mientras danza alocadamente.
En las ceremonias se sacrifican cerdos porque su sangre caliente se considera sagrada. Se toma un juramento de eterno silencio a medida que cada participante bebe un poco de la sangre del animal. Se dice que cualquiera que rompa el juramento muere pronto o sufre horribles consecuencias.
Se cree que un individuo negro que huela a eucalipto ha nacido del cruce entre un hombre y un caballo.
Los vuduistas ofrecen a los espíritus innumerables cosas: ron, whisky, mujeres, y todo aquello que ellos consideran que es bueno.
Algunos practicantes del vudú tienen una esposa legal y varias amantes.
Es necesario entender que los muchos enigmas del vudú, ahora desvelados, tienen una lógica racional muy diferente al resto de otras religiones que se autoproclaman civilizadas y poseedoras de la verdad absoluta. Aunque como toda religión se basa en la ignorancia y en prácticas que rozan lo energúmeno.
Hechizos de amor
Cuando todo falla, los hay que recurren al vudú para conquistar a la persona deseada, o para resolver problemas que parecían no tener solución.
- Afrodisiacos vudús.
Los vuduistas creen que chupar el jugo de los huesos del bacalao es uno de los mejores medios para recobrar la potencia sexual. Para ello se tiene que realizar lo que llaman un «gris-gris», que consiste, nada menos, que en extraer los testículos de un gato y dejarlos secar durante unos cuantos días. Después, se introducen en una bolsa de gamuza y ésta, cerrada herméticamente, se cuelga del escroto del hombre durante un período no inferior a 30 días. - Un anticonceptivo sencillo.
Los que practican el vudú piensan que se puede elaborar un anticonceptivo eficaz con el agua fresca de la lluvia. El agua recogida en un vaso se ha de depositar sobre la mesita de noche antes de acostarse. - Método para las mujeres que quieren forzar a su hombre al matrimonio.
Se coge una calabaza y se vacía su contenido. Luego se rellena con patatas hervidas y pan tierno. Seguidamenente, se enrolla una pastilla de jabón con las hojas enredaderas de la misma calabaza. Y, finalmente, se esconde todo cerca de la casa del hombre amado. Según los que creen en ello, esto obliga al hombre a proponer un compromiso matrimonial. - Cómo conseguir que tu mujer no te ponga los cuernos.
Para que ella se mantenga fiel hay que colocar sobre su ombligo el espinazo de cualquier pescado, mezclado con la yema de un huevo hervido. Después de tomar esta precaución, si otro hombre intenta hacérselo con tu amada, se expone a morir en un plazo de 7 días. - Para convertir a un hombre en impotente.
La mujer puede vengarse de un hombre con este rito. Lo único que debe hacer es conservar la ropa que ambos utilizaron para limpiarse después de mantener relaciones sexuales (normalmente una toalla). Se le hace entonces siete nudos y se sumerge en un río, de forma que no pueda salir a la superificie. Con esto se asegura que el hombre pierda su virilidad. La tradición vuduista dice que sólo se podrá romper el hechizo, deshaciendo los siete nudos. Pero si la prenda se extraviara, el hombre nunca más volverá a recuperar su potencia sexual.
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Vocabulario básico
- Aizan. Velo de hojas de palma, con el que los iniciados deben cubrirse los ojos durante los rituales.
- Asator. Tambor muy utilizado durante las ceremonias. Está revestido de ropas femeninas. Mientras suena, se sacrifican cabras a los espíritus.
- Asson. Carraca para emplazar a los espírtus a la ceremonia en vigor.
- Bagi. Altar que contiene los frascos, perfumes, aceites, inciensos y otros objetos sagrados.
- Bambouche y Banda. Danzas especiales donde prevalece la promiscuidad sexual.
- Bassin. Lago o piscina utilizados para el ritual.
- Bocor. Médico brujo.
- Bois. Término para designar el pene.
- Caballo. Persona poseída.
- Cabra sin cuernos. Sacrificio humano.
- Canzo. Iniciación bautismal del fuego.
- Clarín. Bebida preparada con zumo de caña de azúcar.
- Dominicaine. Prostituta vuduista muy estimada por su experiencia en materia sexual.
- Dyok. Mago negro.
- Govi. Vaso sagrado que contiene el espíritu de una persona muerta.
- Gran Mait. Dios.
- Houngan / Zobop. Sacerdote.
- Macandalis. Amuletos especiales que ayudan a una persona a ser clarividente.
- Rara. Festival especial de verano.
- Vivi. Procedimiento para expulsar al espíritu de una persona con el fin de desarrollar un zombi.
- Wanga. Acción de magia negra contra un enemigo.
- Zombi. Muerto viviente.
El arzobispo budista
Esta religión también tiene sus jerarcas, como Sergio do Bará.
Aprovechando la visita a nuestro país de Sergio do Bará, bavalorisá (arzobispo) brasileño -conocido en la religión candomblé (el vudú de Brasil) como Pai do Santo-, tuve la oportunidad de entrrevistarle.
– Se dicen bastantes cosas, a ya veces muchas barbaridades, sobre los zombis.. Pero ¿qué son exactamente?
Los zombies no son más que personas que han pasado por un trance de «casi-la-muerte». Y, contrariamente a lo que algunos puedan pensar, siempre es un brujo el que ha realizado la labor de convertir a una persona en zombi. Y, evidentemente, no se hace porque sí.
– ¿Qué se tiene que hacer para convertir a una persona en muerto viviente y cuál es la razón por la que se hace?
El que muere, no fallece en realidad, sino que pasa por un estado catatónico provocado por el veneno de un pez tropical. Al cabo de unos días despierta de ese estado y se le desentierra. Es probable que la falta de oxigenación cerebral le provoque esa embolia por la que no recuerda mucho de su vida. Se hace por una razón muy sencilla, y es porque hay personas que no pueden irse de este mundo hasta que no hayan cumplido la misión por la que están aquí. El brujo pone otro protector, un ángel de la guarda que no es el suyo, al zombi. Aunque, hay veces, lo reconozco, que un brujo oscuro (dyok) convierte a una persona en zombi por causas más siniestras.
Este artículo lo dedico a Guillermo Hernáiz, director de la revista PRIMERA LINEA, que me dio la oportunidad de escribir para grandes medios y se atrevió a publicar mis primeros escritos.
Esta obra está licenciada bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional.
28 junio, 2018 a las 06:54
Vera, hace un tiempo una amiga contacto a un señor q supuestamente era vidente parasicologo a curar a su hija, le pidio 2 huevos q ella saco de la refri, los coloco en un pañuelo blanco y los hizo sostener con una mano mientras el pasaba una daga y una oracion a la hija de mi amiga, mientras lo hacia los huevos se quebraron solos ya q ella los sostenia x el pañuelo, al poco rato colocaba el pañuelo con los huevos en una mesa y al destapar el pañuelo en el interior encontro una bola de lanas amarradas con hilo, y en su interior de esta bola una muñequita con otros objetos, segun el señor era una transmutacion, fue algo q me dejo muy sorprendida, es posible esto o fue un gran truco q hizo este señor..?
29 junio, 2018 a las 09:07
Evidentemente, un truco.