Habíamos ido al desierto del Tassili a conocer de mano las pinturas rupestres descubiertas por Henry Lothe en 1956, con unas dataciones en las que, según los entendidos, abarcan desde los 10.000 hasta los 5.000 años de antigüedad. Pero nos encontramos un inconveniente. Según los arqueólogos, la datación de las pinturas se realiza por pruebas con el carbono 14 y termoluminiscencia, midiendo el tiempo al que ha estado expuesto el cuarzo, como mineral que se encuentra presente en las rocas.

Ahora bien, mientras que para la arqueología, todas las pinturas rupestres por proximidad, son catalogadas dentro de un período; para otros, como nosotros, no tenía por qué ser así. De hecho, se veía que las pinturas habían sido confeccionadas en distintas etapas, superponiéndose unas a otras, en un collage de capas.

¿Tiene ello importancia? Mucha, más de lo que uno se cree. Porque si del Tassili hablamos, un margen de datación de 5.000 años de antigüedad puede dar al traste con muchas teorías. Una de ellas puede leerse en más abajo de este artículo, y era el hecho de que el Tassili fue anterior a las primeras dinastías de Egipto, un bastión desde el que probablemente fuera uno de los ejes del Egipto faraónico, el lugar al que llegaron los primeros «dioses bajados del cielo».

Viaje a París

Todos ello nos conducía a ver, en primera estancia, los famosos calcos de Henry Lothe, expuestos en el Museo del Hombre, en París. Estos calcos debían encontrarse en mejores condiciones que las propias pinturas rupestres, ya que Lothe destrozó los originales, al embadurnar con agua estos para colocar el papel de calco. Al separar el papel de la tierra, el color de las pinturas originales se perdería para siempre.

El 13 de diciembre del 2008 partíamos hacia París, hasta el aeropuerto de Beauvais, donde nos esperaba uno de los peores inviernos de la ciudad. En esta ocasión viajé con Diego, uno de mis compañeros de aventura al desierto del Tassili, donde había estado no hará unos meses.

La visita al Museo del Hombre no fue lo que esperábamos. El museo estaba hecho un desastre, con todos sus enseres en mal estado. Lo poco que se exponía era de hace 50 años, con cráneos falsos y réplicas arqueológicas hechas una calamidad.

No veíamos los calcos de Henry Lothe por ninguna parte; así que preguntamos por ellos al director de este centro, Jean Pierre Mohen. No pudimos hablar con él en una primera ocasión; lo haríamos al día siguiente.

Mohen nos comentó que el museo iba a cerrar en marzo del 2009, y que no se abriría hasta el año 2013, después de unas reformas. Los calcos de Lhote se estaban restaurando para ser transportados hasta Provenza, en la Occitania, donde permanecerán olvidados durante años.

Le insistimos en verlos, pero no hubo manera. Jean Pierre Mohen se amparaba en que los calcos se encontraban muy mal. Era imposible verlos y mucho menos fotografiarlos. Pero nos dio una pista. Todos ellos habían sido fotografiados no haría mucho por los responsables del Departamento de Restauración del Museo del Louvre. Ellos tenían esas fotografías, por si estábamos interesados.

El Museo del Louvre

Nos acercamos hasta el Departamento de Restauración del Museo del Louvre, junto al Patio de los Leones. Estuvieron muy atentos con nuestra visita. Es más, conseguimos hablar con Michel Menu, el director de este departamento del museo.

Aún lo recuerdo como si fuera ayer. Nos escucha con interés. Nos guiña un ojo y nos muestra algo. No solamente han fotografiado los calcos de Lothe, sino que además han realizado varias expediciones al Tassili, en Argelia, para fotografiar personalmente las pinturas rupestres; con un añadido. Han utilizado técnicas de fotogrametría para obtener las imágenes.

Si queremos conocer personalmente al fotógrafo que ha captado estas tomas, podemos hacerlo. Casualmente trabaja allí y se encuentra ahora mismo en las instalaciones.

¿Queremos conocerle? ¿Queremos saber algo más sobre la fotogrametría? Aceptamos encantados.

El fotógrafo que está realizando las fotografías, nos contempla extrañados. Pero accede a mostrarnos las primeras imágenes del Tassili mediante fotogrametría, mientras Michel Menu se somete a nuestra entrevista:

Pregunta: ¿Cómo comenzó toda esta aventura?

Respuesta de Michel Menu: Bueno, desde el Museo del Hombre nos pidieron que reconstruyéramos los calcos de Henry Lothe, esos mismos que andabais buscando. Fue ahí cuando cobramos interés por los mismos. Nos pareció interesante la idea de aplicar la fotogrametría a las pinturas rupestres del Tassili, ya que habíamos recibido los primeros equipos fotogramétricos en el Museo del Louvre. Así que nos pusimos en contacto con Malika Hachid, directora del Parque Nacional del Tassili; no sólo para pedirle los permisos necesarios, sino para que nos acompañara en las futuras expediciones. Ella había escrito un maravilloso libro ilustrado llamado “Le Tassili Des Ajjer”. Era la persona indicada para proporcionarnos toda la información que precisáramos.

P: ¿Cuántas expediciones habéis realizado al Tassili?

R: Dos por ahora, pero aún nos queda muchísimo hasta fotografiar la práctica totalidad de las pinturas rupestres conocidas. No sólo es Jabbaren o Sefar, sino tantas otras que nos son desconocidas. Teniendo en cuenta que por cada foto podemos estar prácticamente dos o tres horas, estamos ante un trabajo de varios meses, que iremos alternando en sucesivas expediciones.

P: ¿Qué pensáis hacer con los resultados de estas fotografías?

R: Publicaremos un libro con las imágenes y el resultado de nuestra investigación. Pero no creo que lo hagamos hasta dentro de unos años. De momento, acabamos de comenzar.

P: ¿Y qué se basa todo vuestro estudio con fotogrametría?

R: Para que se pueda entender, sin demasiados tecnicismos, lo que hacemos es dar relieve a las imágenes tradicionales. Lo combinamos con fotografía infrarroja y ultravioleta. De esta forma aparecen todas las capas de una pintura rupestre, pudiendo diferenciar unas de otras. Así logramos datar con total certeza grabados que parecen realizados en el mismo tiempo, por proximidad, cuando no lo son. Con esta técnica es posible ver cuándo un tallado pertenece a un tiempo u otro. Separando capas podemos realizar dataciones exactas, lo que para la arqueología es un alivio.

El fotógrafo nos enseña un primer borrador del libro electrónico con las primeras fotografías. Son de muy alta resolución. Le pedimos que nos preste alguna para su publicación, pero Michel Menu no quiere que el mundo conozca nada de todo esto hasta más adelante.

La entrevista se prolonga poco más de una hora. El ambiente es muy distendido, y finalmente intercambiamos correos electrónicos. Nos proponen que les acompañemos en su próxima expedición. Sería un honor, pero no tenemos a nadie que nos subvencione el enorme gasto que acarrea viajes de este tipo.

Ahí termina todo, por ahora. Después de la consabida visita obligada al Museo del Louvre, partimos hacia el aeropuerto, con las calles atestadas de vehículos y las prisas por coger el avión de vuelta. Nos proponemos proseguir con esta investigación más adelante.

¿Qué es la fotogrametría?

La fotogrametría es la ciencia o técnica cuyo objetivo es el conocimiento de las dimensiones y posición de objetos en el espacio, a través de la medida o medidas realizadas a partir de la intersección de dos o más fotografías, o de una fotografía y el modelo digital del terreno correspondiente al lugar representado, el cual ha de ser realizado anteriormente por intersección de dos o más fotografías.

La palabra fotogrametría se deriva del vocablo «fotograma» (de «phos», «photós», luz, y «gramma», trazado, dibujo), como algo listo, disponible (una foto), y «metrón», medir.

Por lo que resulta que el concepto de fotogrametría es: «medir sobre fotos».

Si trabajamos con una foto podemos obtener información en primera instancia de la geometría del objeto, es decir, información bidimensional. Si trabajamos con dos fotos, en la zona común a éstas (zona de solape), podremos tener visión estereoscópica; o dicho de otro modo, información tridimensional.

ArcheOS

De ArcheOS, como distribución Linux, con todo lo necesario para realizar tomas métricas, ya hablamos en este artículo. Así que nos bastaría ver cómo operar con los programas informáticos que incluye.

Si abrimos el programa Stereo, desde esta distro, bastará con descompactar el programa en /usr/src/

Con un editor de texto abriremos el archivo “global.h” y modificarremos TEMPDIR y DATADIR (hacia donde se desee guardar las imágenes y los archivos de calibración).

Teclearemos desde la shell de comando “./configure” en el directorio /usr/src/stereo/ y compilaremos con “make” en el directorio /usr/src/stereo/

Hay que tener en cuenta que:

1.  Las fotos del objeto fotográfico tienen que estar tomadas desde varios ángulos, pero que engloben siempre los puntos de calibración. El programa solo lee el formato TIFF en blanco y negro.

2.  Debe existir un archivo de texto (.txt) compuesto por 3 coordenadas separadas por un espacio (x y z), posicionadas una encima de otra.

Abriremos el programa Stereo desde el menú “Archaeology” y submenú “Photogrammetry”, haciendo clic en “Stereo”. Cargamos las imágenes utilizando el control “Load Image” y sucesivamente importamos el archivo de calibración con la opción “Load Calibration File”. Este es el momento de máxima inestabilidad del programa; hay que acordarse de guardar con la opción “Save Previosus Desktop”.

Por cada imagen cargada el programa se abren dos ventanas. En el “recuadro-foto principal” está contenida la foto a máxima resolución; en el “recuadro-foto aumentada” es posible aumentar la foto haciendo clic con el botón derecho del ratón, mientras con el izquierdo es posible añadir un punto de coordenada.

Empezaremos a introducir los cuatro puntos de coordenadas en el interior de las dos fotos, haciendo clic en el recuadro “recuadro-foto aumentada”. El orden tiene que ser, sin falta, el que está reflejado en el archivo de calibración.

Calibramos las dos imágenes con la opción “Calibrate” en el «recuadro-foto principal”.

Llegados aquí las dos fotos están calibradas; podemos eliminar todos los puntos, haciendo clic en la opción “Remove All”, digitalizando puntos, líneas, superficies, cilindros y elipses.

Llegados a este paso podemos empezar a seleccionar los puntos que nos interesan para construir nuestra primera superficie. Los puntos tienen que seleccionarse con el mismo orden en ambas imágenes.

Si nos interesa recavar las coordenadas de un solo punto tenemos que seleccionar la opción “Triangulate Point”. Esta opción genera superficies, pidiendo 2 valores (“Enter Width” “Enter Heigh”), la suma de los cuales tiene que dar el numero de puntos utilizados para definir la superficie. El programa genera superficies uniendo triángulos; así para digitalizar una superficie de cuatro lados serán suficientes 4 puntos tomados de manera que formen una “Z” (a la pregunta “Enter Widht” “Enter Heigh” bastará con introducir en ambos los apartados “2”). Para una superficie mas grande (ejemplo 8 puntos) conviene coger los puntos en zigzag (a la pregunta “Enter Width” “Enter Heigh” se puede probar a introducir o “2” y “4” ó “4” y “2”). Dependiendo de la opción escogida, la visualización de nuestra superficie cambia. Valoremos cuál es la configuración mejor para nuestro objetivo (se puede cambiar directamente el valor numérico de “With” y “Heigh” en la ventanilla azul para salvar datos).

Introduciremos en la parte mas alta de la ventana azul, en donde se guardan los datos con sus coordenadas, la palabra “scale” seguida de un espacio y el número del tamaño en el cual deseamos ver el objeto (generalmente “1”). Introduciremos “Offset” seguido por un espacio y por tres números separados por un espacio. Indicaremos entonces la posición de la cámara desde la cual se observa el objeto (generalmente funciona con la media de los números de las tres coordenadas del objeto seguida por el símbolo “-“). Haremos clic en el interior de la ventana azul con el ratón, pulsando Alt-R en el teclado. Finalizremos, guardando los datos (un archivo.txt) en el archivo deseado.

Apretaremos nuevamente Alt-R y los datos seran visualizados en la ventana todavía sin utilizar (quien no haya logrado crear el proyecto puede probar el visualizador 3D, descargándose el archivo y cargándolo dentro de la ventana azul con la opción “Open”). Las teclas de arriba, a la derecha, tienen las siguientes funciones:

1:”Shrink” tiene la funcion de zoom out

2: “Enlarge” zoom in

3: “New rend” cambia el tipo de rendering

4: “Flat Tri” tiene function de smooth

En la ventana azul, el ratón no funciona con las opciones de arriba. Se pueden utilizar los mandos del teclado correspondientes a las órdenes o las flechas del teclado para moverse y la tecla enter/envío para seleccionar.

Teoría sobre los orígenes del Tassili

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Sobre los orígenes del Tassili ya hemos hablado largo y tendido en una serie de artículos. Baste añadir a todo ello un último dato hasta ahora inédito. Si uno se fija en el Dios Orantes, la figura rupestre de Sefar, que mostraba a un ser gigantesco con escafandra, descubrirá algunos datos curiosos. De entrada, la figura tiene todo el aspecto reptiliano de los Annunaki, los dioses sumerios que descendieron a la Tierra. Aparte, parecen distinguirse seis dedos en cada una de sus manos.

En primero de Crónicas 20:4, del Antiguo Testamento, se lee lo siguiente:

Después de esto aconteció que se levantó guerra en Gezer contra los filisteos; y Sibecai husatita mató a Sipai, de los descendientes de los gigantes; y fueron humillados. 5 Volvió a levantarse guerra contra los filisteos; y Elhanán hijo de Jair mató a Lahmi, hermano de Goliat geteo, el asta de cuya lanza era como un rodillo de telar. 6 Y volvió a haber guerra en Gat, donde había un hombre de grande estatura, el cual tenía seis dedos en pies y manos, veinticuatro por todos; y era descendiente de los gigantes. 7 Este hombre injurió a Israel, pero lo mató Jonatán, hijo de Simea hermano de David. 8 Estos eran descendientes de los gigantes en Gat, los cuales cayeron por mano de David y de sus siervos.

Representación de uno de los dioses sumerios. Cabe advertir los seis dedos en sus manos.

Representación de uno de los dioses sumerios. Cabe advertir los seis dedos en sus manos.

Los nephilim, los gigantes que aparecen mencionados en el Génesis, son referenciados en sucesivas ocasiones. La raza de los nephilim es la misma como se conoce a los Annunaki.

Fijémemonos en un detalle. Los gigantes bíblicos parecen provenir de Gat, una tierra que nadie sospechaba donde se ubicaba. ¡Hasta la fecha! Porque si nos fijamos y ampliamos el mapa adjunto de Algeria veremos que uno de los pasos de caravanas tuareg se llama, precisamente, Ti-n-Alkoum-Ghat. La tierra de los gigantes no es ni más ni menos que lo que hoy conocemos como desierto del Tassili, el lugar al que descendieron aquellos dioses, conocidos posteriormente por los hebreos, sumerios, asirios, babilonios y egipcios.

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