CÓMO SE FALSIFICÓ LA SÁBANA SANTA

Resultado de imagen de sabana santaCuando se trata de hacer un análisis de la Sábana Santa algo que me sorprende es la enorme cantidad de mal llamados investigadores del misterio que son capaces de defender su autenticidad, como manto que envolvió el cuerpo de Jesús, sólo porque lo leyeron en alguno de los antiguos escritos de J.J.Benítez.

Aún hay más. Se argumenta, por parte de sus defensores, que la Síndone ha sido atacada en numerosos lugares, cuando prácticamente más del 90% de artículos que circulan por Internet son a favor de la creencia en la Sábana Santa, habiendo apenas unos pocos que la cuestionan.

Fue por ese motivo que, un buen día, me dispuse a saber algo más sobre este espinoso asunto. Y cuál fue mi sorpresa que me topé con que era muy fácil desmontar las pruebas a favor de su supuesta legitimidad, más allá de la sinrazón y los dogmas de la fe.

Nada de extrañar si, dejando de lado el ser políticamente correcto, uno se da cuenta de que cualquier religión es fácil de desmontar desde el análisis histórico, más allá de los inventos que las adornan. Recordemos que todas estas reliquias aparecen durante la Edad Media, después de que el 31 de diciembre del año 999 (momento en el cual la iglesia se hartó de conceder indulgencias a cambio de propiedades para adquirir un espacio en el cielo), llegado el 1 de enero del año 1000 no sucedió nada, ni fin del mundo, ni nueva venida de Cristo a la Tierra.

Perdida la fe y la esperanza, las gentes dejaron de acudir a las iglesias. Hubo que volver a motivar a la población con reliquias de santos, vírgenes o del propio Cristo, pero siempre con propiedades mágicas.

Así aparecieron objetos de los que no se tenía constancia hasta ese momento: la lanza de Longinos, clavos de Cristo, fragmentos del Lignum Crucis, el Santo Grial… y cómo no, la Sábana Santa. Recordemos que los partidarios, o más bien feligreses de la llamada Sábana Santa, sufrieron un varapalo después de los exámenes concluyentes de la prueba del Carbono 14 realizada en 1988, cuando tres laboratorios de Estados Unidos, Reino Unido y Suiza, fecharon mediante el carbono 14  “el lino del sudario de Turín entre 1260 y 1390 (±10 años), con una fiabilidad del 95%”.

El resultado del análisis se publicó en la revista Nature sin que, casi 30 años después, haya sido refutado en ninguna publicación científica.

El carbono 14 no hizo sino confirmar lo que otras muchas evidencias apuntaban desde que apareció la reliquia en Francia a mediados del siglo XIV. En la historia queda cuando Pierre d’Arcis, obispo de Troyes, alertó a Clemente VII, papa de Avignon, del origen fraudulento del sudario. D’Arcis escribió en 1389 al antipapa una carta en la que le explicaba que su antecesor, el obispo Henri de Poitiers, había descubierto quién había pintado la sábana, además de cómo los canónigos de Lirey simulaban milagros de lo que presentaban como la mortaja de Cristo. Una bula de Clemente VII autorizó en enero de 1389 la exhibición de la tela con, entre otras condiciones, la de que se advirtiera de que “la figura o representación no es el verdadero Sudario de Nuestro Señor, sino que se trata de una pintura o un cuadro de la Sábana Santa”.

Sobre el carbono 14, ¿cómo es posible cuestionarlo? Los partidarios o creyentes refutan que las muestras tomadas del sudario estuvieron contaminadas con diversos incendios. Y es que estos parecen no conocer cómo funciona la datación con Carbono 14.

En este sistema de datación las partes se queman una vez limpiada de impurezas (es decir, las tres muestras fueron lavadas previamente), de forma que el carbono contenido en la misma se convierta en dióxido de carbono (CO2). Una vez purificado este CO2, se introduce en un aparato llamado «contador proporcional». El contador proporcional cuenta el número de electrones emitidos por la muestra (cada descomposición atómica del carbono 14 emite un electrón). Según la cantidad de electrones detectados en un plazo de tiempo concreto, puede determinarse la cantidad de carbono 14 presente en la muestra y, por lo tanto, determinar cuánto tiempo ha pasado desde la muerte de la muestra biológica.

De nuevo los partidarios o creyentes, que no se quieran dar por vencidos, exponen que las muestras se tomaron de los remiendos de unas monjas después de un incendio, cuando eso no es verdad, dado que el corte se efectuó sobre el lienzo original. Pero bueno, siempre habrá quien quiera afirmar que tres laboratorios distintos, que no se conocían entre sí, dieron el mismo resultado erróneo, habiéndose confundido los tres laboratorios en la prueba efectuada por el Carbono 14. Es lo que tiene la fe, que mueve montañas. Y aun así, los partidarios o creyentes, necesitan de esa Síndone, como ellos la llaman, pues todo en ella es mágico y no están dispuestos a que les tiren por tierra su invento. Me recuerda, en cierta forma, al manto mágico de la Virgen de Guadalupe. Y es que, una vez más los partidarios o creyentes, afirman que el Carbono 14 no invalida el resto de pruebas.

Pues bien, las pruebas que ellos mismos exponen, se pueden invalidar de forma muy fácil. Conozcamos algunos de estos puntos, los principales; aunque ya sabemos que, con el tiempo, siempre intentan introducir alguna nueva tentativa, según ellos, para intentar no darle entierro a este asunto. Aquí está la relación de diez puntos que tiran por tierra cualquier teoría que pretenda demostrar que la Síndone de Turín, conocida por Sábana Santa, cubrió el cuerpo de Jesús de Nazaret.

  1. Los sindonólogos creen estar ante uno de esos misterios inexplicables, en el que se achaca la emisión producida por una radiación al hecho de ver esa figura impregnada en la sábana. Se dice que no hay nada que pueda explicar ese efecto. Y eso no es verdad. Secondo Pía la fotografió en 1898, dándose cuenta de un particular detalle. Se trataba de un negativo fotográfico. Y dio en la clave. Eso sí, no todo es un negativo en la imagen, pues si hubiera habido una fuerte radiación, la misma sangre que impregna el lienzo hubiera sufrido la misma transformación en negativo. Pero no, la sangre es sólo sangre. No sólo eso, tratándose de un negativo y teniendo en consideración el color de la barba del negativo, que es oscura, eso implicaría que la barba original del positivo debería ser blanca. ¿Y desde cuándo se representó a Jesús con barba blanca? Aquí vemos uno de los primeros fallos del autor de la falsificación.

    A todo ello hay que contar que la barba de la Sábana Santa está cortada por la mitad, un estilo que corresponda a la moda bizantina, como la del Pantócrator de Dafne, y no al estilo que debería portar la barba ajada de un judío del siglo I.

    En cualquier caso, tratándose de una fotografía, ¿ya existían las técnicas fotográficas en tiempos pasados? Sí, la cámara oscura ya se había inventado en Bagdad en el siglo VI, apareciendo en el libro “Tratado öptico” del árabe Alhacén, en el año 965.Resultado de imagen de roger bacon

    Roger Bacon en el siglo XIII lo llamó “luna cornata”, pues amplió su uso haciendo que esta técnica permitiera impregnar telas de imágenes. Bacon fue acusado de herejía por usar como modelos para sus fotografías, ni más ni menos, que a cadáveres.

    Los alquimistas medievales se sabe que usaban haluros de plata para ennegrecer partes de una tela empapada con una exposición prolongada al Sol. Tomás de Aquino, en el siglo XIII, habla de las propiedades de las sales de plata o cloruros de plata, para realizar fotografías.

    Para realizar el experimento de la “luna cornata” usé una tela recubierta de yoduro de plata. No es cloruro de plata, como algunos pudieran imaginar. El yoduro deja ese color característico amarillo y reacciona ante la luz para convertirse en una placa fotográfica. También se puede usar yoduro de mercurio. De hecho, en los análisis efectuados por el doctor McCrone sobre la Sábana Santa de Turín se encontró que todo el tejido estaba cubierto con esta capa de yoduros.

    El cómo se realizó la Sábana Santa lo explicaré al final. Anticipo que no se trata de una pintura, porque estoy harto de que los partidarios o creyentes me expongan este argumento. Simplemente digo que se trata de una fotografía medieval.Resultado de imagen de pantocrator dafni

    Mi experimento se basó en cualquier Pantocrator bizantino, como el de Dafne. El resultado a la vista está. Es tan bueno que podría confundirse con la Sábana Santa de Turín. Incluso se puede realizar una tomografía con mi experimento y el resultado sería una escultura 3D. No hay escrutinio que pueda afirmar que hay fallos en mi experimento.

    Se comenta que la Sábana Santa oculta una tomografía, pero en realidad se trata de una reconstrucción tomográfica. Las proyecciones de un objeto a determinado ángulo theta están conformadas por una serie de integrales de línea. En las tomografías axiales computarizadas de rayos-X, los integrales de línea representan la atenuación total del haz de rayos-X mientras estas viajan en línea recta a través del objeto. Como he mencionado anteriormente, la imagen resultante es un modelo 2D (ó 3D) del coeficiente de absorción. Hablando de una manera más comprensible, con cualquier imagen 2D se puede obtener una reconstrucción tomográfica 3D. Hoy en día se hace con el filtro 3D de Adobe Photoshop sobre cualquier imagen bidimensional.

  2. La tela del lino, dicen los supuestos expertos, corresponde al siglo I. La tela del lino se entrelaza en su giro en sentido horario, y los obenques judíos no seguían esta técnica. Ni por asomo esa industria es del siglo I. Es más, en el año 2009 se encontró en Jerusalén un sudario datado en el siglo I, que permitió conocer realmente qué sistemáticas se usaban en la confección de estos tejidos.Resultado de imagen de lino sindone

    El paño difiere mucho de la Sábana Santa de Turín, lo que llevó a concluir que esta última no data de aquellos años. Se trata de una tela mucho más sencilla, con una textura diferente y dividida en dos piezas, mientras que la famosa reliquia es más compleja y está elaborada en una sola pieza.

    El estudio aparece en la publicación científica en internet PloS ONE Journal (http://www.plosone.org/article/info:doi/10.1371/journal.pone.0008319. En el enlace se observan las enormes diferencias entre un auténtico sudario del siglo I y el de la Síndone de Turín.

  3. Las longitudes de las anatomías del cuerpo de la Síndone son incorrectas. La cabeza está desproporcionada. El resto del cuerpo contiene ocho veces y media la cabeza, cuando en cualquier cuerpo la proporción es de siete. El cuello de la figura de la Sábana tiene una línea de ensamblaje entre la cabeza y el tronco, lo que denota una doble exposición fotográfica. Y por último la longitud por la parte frontal es de 1,83 metros, mientras que la parte dorsal tiene cinco centímetros menos, como si se tratara de dos cuerpos distintos.

    El hombre de la sábana santa, que supera los 1,80 metros de altura y los 80 kilos de peso, está en una postura imposible. Mientras que en la imagen frontal aparece relajado, con ambas piernas totalmente estiradas, en la vista dorsal está impresa la planta del pie derecho, lo que exigiría que hubiera doblado una rodilla. En el rostro no hay ninguna simetría y la larga melena no cae hacia la nuca, sino que se mantiene suspendida como por arte de magia.

    Pero aún hay más. Cuando alguien se tumba de espaldas, las nalgas quedan aplastadas contra la superficie en la que el cuerpo reposa y eso no ocurre con la figura de la sábana, que, en el colmo del puritanismo, oculta los genitales con las manos, qué casualidad. Es como si el creador de la misma se autocensurara.

    Y lo más descabellado e inverosímil es el rostro. Cuando a una persona le depositan una sábana sobre la cara ésta le cuelga por las orejas. La impregnación fotográfica (o radiación para los creyentes) mostraría al desplegarse la sábana un rostro deforme, con las orejas muy separadas de los ojos, es decir un rostro ancho, pues el tejido le habría caído por los lados. ¡Pero no! Nuevo fallo del autor de la Síndone, el rostro es simétrico y no sufre el efecto de haberse consignado sobre la cara de nadie.Resultado de imagen de rey agamenon

    Me gusta explicar a quienes quieren oírlo que esto es como si pintaras una cara sobre un globo, con las orejas a ambos lados. Pincha el globo, extiende el rostro y verás cómo la cara queda ensanchada. Pues imagina que una sábana se hubiera depositado sobre el rostro de una persona con betún. Si quedara impregnado, al desplegarse este trapo, se mostraría una cara ensanchada. Ya ocurrió con la máscara del rey Agamenón de, 1550 a.C., que muestra este efecto.

    Hasta el pelo no cae hacia abajo, como sí sucedería si el cuerpo hubiera sido depositado sobre una piedra o altar, sino que posa horizontal sobre la Sábana Santa. Otro despropósito más.


  4. La perforación en las muñecas es falsa. No sé de dónde habrá salido esa conclusión actual, pero basta mirar el original para darse cuenta de que el hombre del sudario está crucificado por el metacarpo. Algunos pueden aludir que es el carpo, pero el carpo es todo hueso, así que debería ser entre medio de los huesos cubito y radio, como así ajusticiaban los romanos. Como el clavo se advierte en la zona del carpo, los creyentes de la Sábana Santa argumentan que esa es la parte del dorso y que por la parte de la palma entró correctamente, habiendo atravesado los clavos oblicuamente en ambas manos. Para echarse a reír. Cualquiera con un par de ojos bien entrenados puede ver que la Sábana Santa muestra a un hombre crucificado por la zona del metacarpo, como siempre se representó a todos los Cristos, y eso es improbable que sucediera, pues el peso del hombre de la Sábana Santa hubiera desgarrado la piel.Resultado de imagen de manos sindone
  5. La sangre localizada en el lienzo, afirman los creyentes, es del tipo AB, muy común entre los judíos de la época. Esto sólo ya desmontaría cualquier prueba a favor. Veamos, los tipos de sangre son cuatro: A, AB, B y O. El grupo AB apareció hace 1500 años, por una mutación genética. Es de reciente evolución y un grupo muy raro. Cualquier médico sabe de este particular.Pero aún viene lo mejor. El grupo AB al que supuestamente atribuyen la sangre de Jesús en la Síndone sólo representa el 1% de la población de Israel. No es nada común en los hebreos, todo lo contrario. El grupo sanguíneo más habitual es el Universal (37% entre hebreos) y el A+ (34%). Más información sobre los grupos sanguíneos de las poblaciones en http://es.wikipedia.org/wiki/Grupo_sanguíneo Es decir, la sangre del tipo AB es asiática, no judía.

  6. Los pólenes, siguen insistiendo los creyentes, refutan que la Sábana es del siglo I.

    Es cierto que hay pólenes. Se encargó al palinólogo Max Frei, de la Universidad de Zurich, que realizara este análisis. En 1978 Frei usó cintas adhesivas para tal cometido. El mismo Max Frei que falsificó el diario de Hitler, con el escándalo que se produjo en la revista alemana Stein y que acabó en los tribunales. Y es que en 1983 se publicaron lo que algunos medios aseguraban eran los diarios de Hitler. Max Frei examinó la caligrafía de los mismos, concluyendo que ésta era real y por tanto estábamos ante los auténticos diarios del dictador. Pues bien, 15 días después de que Frei expusiera tal barbaridad, se demostró que el papel de los supuestos diarios era del año 1950 (tenía un aditivo detectable bajo luz ultravioleta que se empezó a usar en 1954) y la cromatografía permitió descubrir que estaba escritos recientemente. Vamos, cuando Hitler ya había fallecido.¿Qué tenemos entonces? Que los partidarios o creyentes dan por buenas las versiones de Frei (el de los diarios de Hitler) con sus pruebas concluyentes respecto al polen de la Sábana Santa.

    Frei afirma haber aislado los granos de pólenes más comunes, habiendo descartado estos, quedándose con 26 muestras de los más raros. De las 26 muestras analizadas, Frei concluyó que sólo dos pertenecen a plantas originarias del Oriente Próximo, especialmente del desierto y las estepas. Y aunque los pólenes podían haberse datado para saber a qué época pertenecían, Frei nunca llevó a cabo este análisis. Frei sólo dijo que, de las 26 muestras distintas, 2 parecían pertenecer a la zona de Palestina.

    Aun así, los partidarios de la Sábana Santa afirman y vuelven a alegar que Max Frei dictaminó que todas las muestras de pólenes eran de la Palestina del siglo I.

    En ocasiones veo que la paradoja del teléfono se cumple. Uno dice una cosa, y cuando llega al otro lado del hilo telefónico, del mensaje original ya no queda nada.En cualquier caso, todo el mundo parece haberse olvidado que la Síndone lleva viajando desde hace más de 6 siglos por todo el mundo, cuando comenzó la primera ostensión de la sábana en el siglo XIV. Así que es lógico que se haya embebido de pólenes de varios países. Pudo haber viajado, en época medieval, por la Palestina medieval, para su exposición, por supuesto.

    Sin embargo, el botánico francés Jacques-Louis de Beaulieu, de la Universidad de Marsella, revisó el trabajo de Frei y llegó a la conclusión de que éste había cometido muchísimos errores al datar la clasificación de los pólenes, tan abultados que no había ninguno que en realidad procedería de Oriente Próximo ni de Palestina.¿Por qué nunca se cita el trabajo de Jacques-Louis de Beaulieu y sí el de Max Frei? ¡Vivir para ver!

  7. Lo que hay que leer por Internet. Este párrafo está en todas partes: “Un grupo de la NASA comprobó la absoluta ausencia de pigmentos, tintas u otros medios de pintura en la Sábana Santa. No hay imagen del cuerpo bajo las manchas de sangre. Por lo tanto, la imagen se formó después de las manchas de sangre. La imagen del cuerpo del Hombre de la Sábana no está hecha manualmente: no es una pintura, ni una quemadura (las quemaduras existentes no son parte de la imagen, sino que fueron causadas por un incendio en 1532). El origen de la misma es un enigma científico que todavía no se ha resuelto. No se conocen los mecanismos físico-químicos que han producido esta oxidación y deshidratación de las fibras más superficiales del tejido. Sobre la Sábana no hay huellas de pigmentos colorantes. La imagen es el resultado de deshidratación y oxidación de la celulosa contenida en las fibras en la superficie de la tela. Pero cómo se formó es un misterio”. ¿Qué hay de verdad en lo anterior?

    La Sábana Santa fue un asunto exclusivamente religioso hasta que, a finales de los años 70, se comenzó a decir que la NASA la había examinado. La información llegó a España a través de las revistas esotéricas Karma.7 y Mundo Desconocido. La NASA nunca examinó el lienzo de Turín.

    La investigación corrió a cargo del Proyecto para la Investigación del Sudario de Turín (STURP), un grupo de creyentes vinculado a la religiosa Hermandad del Santo Sudario del que formaban parte, a título particular, algunas personas vinculadas a la NASA. El STURP no perseguía analizar la pieza, sino demostrar su origen milagroso. No adaptar los datos experimentales a lo que esperaban los miembros del STURP costó al microanalista forense Walter McCrone su expulsión del grupo por anunciar la presencia de yoduros (aquí tenemos la técnica fotográfica de la “luna cornata”) y otras sustancias químicas (véase su análisis en este enlace: http://www.mcri.org/home/section/63-64/the-shroud-of-turin) al analizar los restos de la supuesta sangre de la sábana.

    Explicó que las partículas de pigmento se hallaban pegadas entre sí gracias a un fijador orgánico, que identificó como témpera al colágeno. McCrone auguró en 1980 que, si algún día se hacía, la prueba del carbono 14 dataría la tela en torno al 1356, diez años más o menos. Vittorio Pesce, antropólogo de la Universidad de Bari, mantenía meses antes de la datación por radiocarbono que la sábana había sido confeccionada entre 1250 y 1350. Y es que los documentos históricos, la iconografía, los materiales y las técnicas empleadas bastaban y sobraban para situar la aparición de la sábana en Francia a mediados del siglo XIV.

    En mi experimentación personal he acabado por comprobar que, el que las primeras capas de las fibras estén quemadas, no responde a ningún proceso sobrenatural, sino al transcurso habitual de los yoduros de plata con una exposición de varios minutos al Sol. Mis propios análisis microscópicos de mi muestra o réplica son exactamente idénticos a los de los exámenes de la Síndone de Turín hasta el más mínimo detalle, lo que muestra a las claras que la única técnica que se usó en la falsificación de la Síndone fue la llamada “luna cornata” medieval.

  8. Hay quienes quieren confundir la prueba del Carbono 14 que se realizó en 1988 a la misma, arguyendo que la concentración de isotopos en las cifras cambia si se manosea o calienta el objeto. Pero cualquier científico conoce perfectamente que, por mucha manipulación que haya, la velocidad a la que se desintegran los átomos inestables no se ve afectada por nada. Dado que la fibra del tejido está lavada para cada una de las muestras, no hay contaminación posible que afecte a la datación tampoco.

    Recuérdese que el 31 de octubre de 1988 se hicieron públicos los resultados del Carbono 14 en la Sábana Santa. El resultado aportado fue que la misma procedía entre los años 1260 y 1390, sin ningún género de dudas.

    Los sindónólogos, a pesar de que se habían realizado pruebas en tres laboratorios diferentes, argumentaron que no daban por válida esta fecha, y que las pruebas del Carbono 14 no eran infalibles, como expuse al principio. Y se repiten hasta la saciedad con este tema, que tan aburrido resulta.

    Se achacó a los resultados de los laboratorios como propios de persecuciones contra el Vaticano, otros dijeron que un cuerpo humano en descomposición contamina la prueba del C-14, que las capas de suciedad de la tela desmontaban la prueba del C-14 (teniendo en consideración que, como he dicho, cada muestra fue lavada antes de someterla al C-14), y la mejor de todas, que el trozo analizado del exterior era en realidad el remiendo que las monjas cosieron después de un incendio en la Edad Media.

    A la técnica del remiendo de las monjas la llamaron “zurcido invisible” porque no se aprecia en la Sábana Santa que sea ningún parche. Pues bien, la técnica de cosido “zurcido invisible” jamás existió. Y si hubiera sido un parche o remiendo de las monjas se habría apreciado enseguida, así como la diferencia de color entre siglos.

    Resultado de imagen de carbono 14 sabana santa

    Después de tantas discusiones, algunos laboratorios solicitaron una nueva muestra para analizar, que el propio Vaticano rechazó, argumentando que ellos no necesitan más pruebas. Mi impresión de los hechos es que el propio Vaticano creyó que la falsificación estaba tan bien realizada que pasaría la prueba del C-14. Ahora vuelven los fantasmas, y saben perfectamente que un nuevo análisis ratificaría la datación, sin posibilidad alguna de defensa, por lo que ni ahora ni más adelante habrá nuevas pruebas de datación de Carbono 14, por mucho rumor que haya.

  9. También se dice que hay leptones romanos en los ojos del difunto, pero cuando se observan las llamadas monedas, sólo se observan unas líneas concéntricas que forman parte de las arrugas del lienzo. Es decir, estamos ante una pareidolia. Este particular no se ha mencionado en ningún estudio serio sobre la Síndone, y sí que se recoge en todas las publicaciones esotéricas como prueba irrefutable, cuando no se contempla dibujo de leptón o moneda romana en ninguno de los ojos.
    Resultado de imagen de leptones sabana santa
    Cabe hacer notar que los judíos nunca tuvieron como costumbre enterrar a los suyos con monedas en los ojos. Lo hubieran considerado pagano, dado que ese hábito era el de los romanos, que solían hacerse enterrar con monedas para Caronte, el barquero.

  10. La primera ostensión lo dice todo…. La historia documentada de la tela ahora guardada en Turín como tal empieza en 1357, cuando la viuda del caballero francés Geoffroy de Charny la expuso en una iglesia en Lirey (diócesis de Troyes, Francia).

    En 1389, el obispo Pierre D’Arcis denunció en una carta al papa de Aviñón que la imagen era un fraude, indicando que ya había sido denunciada anteriormente por su predecesor Henri de Poitiers, al que le extrañaba que no fuera mencionada en ningún Evangelio.Según D’Arcis: “Un examen riguroso descubrió eventualmente cómo la imagen había sido astutamente pintada, siendo la verdad corroborada por el propio pintor, esto es, que fue producto de la mano del hombre y no fue forjada ni se formó milagrosamente”.

    Pese a las declaraciones del obispo D’Arcis, Clemente VII (primer antipapa del Gran Cisma de Occidente) prescribió indulgencias a los que peregrinaran al sudario, por lo que la veneración continuó, aunque no se le permitió el título de «Verdadero Sudario».

    Hay un documento papal llamado “D’Arcis Memorandum” que certifica que la primera ostensión de la Síndone de Turín fue en Lirey, hacia el 1357. Antes de este año jamás se había visto en ninguna parte. Ya en 1670, el Papa Clemente X, da indulgencias a los que la visiten en su nuevo emplazamiento en Turín, orgulloso de exhibir una nueva Síndone, que ahora sí parecía más real, muy diferente de la Síndone de Lirey, del 1357. Es por ello que algunas teorías recientes comentan que quizás fuera Leonardo Da Vinci el que realizara la nueva Síndone, ya en época renacentista.

    Todo y visto sólo algunos puntos, aunque podríamos estar horas rebatiendo puntos, sólo he querido colocar los diez principales que desmontan cualquier hipótesis de que estemos ante el sudario que envolvió el cuerpo de Jesús de Nazaret.

    Nada de ello es real. El sudario de Turín se realizó, sin ningún género de dudas, entre los siglos XIII y XIV mediante la técnica medieval de la “luna cornata”, y con fallos anatómicos tan graves como los comentados, con un tejido de lienzo que sólo pudo crearse en la Edad Media, y con sangre esparcida de un tipo muy distinto entre los hebreos.

    Pero aún con ello, los creyentes y fanáticos de la fe seguirán arguyendo sus tesis sobre pólenes que nunca estuvieron en Jerusalén, técnicas de crucifixión que no son propias de Roma (¿desde cuándo se cuelga a alguien por las palmas?), leptones romanos que ni están ni estuvieron, zurcidos invisibles para desmontar las pruebas del Carbono 14, y toda la enorme cantidad de barbaridades que se puedan imaginar.

¿Fotografía medieval en la Sábana Santa?

Los incrédulos suelen atacarme que, después de largos estudios (siempre desde el punto de vista de la fe y la creencia) no es posible que un simple periodista y fotógrafo como yo, haya dado con la clave de este misterio. De nuevo me atacan con que no es una pintura. Lo sé. No es una pintura. Insisto en que estamos ante una fotografía medieval, una técnica que ya se conocía desde muy antiguo. Me insisten en que no está realizada bajo una cámara oscura, la técnica que usaban pintores como Canaletto, porque siendo así habría partes en los extremos con una luz más débil. Lo sé. Insisto es fotografía medieval y no se requiere cámara oscura por ninguna parte. ¿Pero entonces cómo se hizo? Os explico cómo va la cosa. Leyendo unos libros de Alquimia, del alquimista árabe Abd-el-Kamir (siglo VI), comprobé cómo éste descubrió que el nitrato de plata tendía a oscurecerse (por un efecto de combustión simple) cuando la luz actuaba sobre la sustancia. El nitrato de plata se usaba desde mucho antes del Renacimiento para impregnar perfiles en telas. Para los que en este momento tienen cara de incrédulos, imaginad lo siguiente; si cubro una tela blanca con nitrato de plata, dejo la tela en el suelo y coloco mi mano a cierta distancia del manto mientras la luz del sol apunta hacia ella, el manto se oscurecerá en aquellas zonas donde pasa la luz, es decir, en toda su extensión, menos la zona cubierta por la mano, quedando un hermoso perfil de mi extremidad en color blanco.

Este mismo principio, llevado más allá, permite recoger la luz de una escena en un cuarto oscuro; si cubrimos una tela con nitrato de plata, y la colocamos sobre la pared posterior de nuestro cuarto oscuro, obtendremos una imagen invertida (en todo sentido) del exterior.

La imagen se plasmará con los pies hacia arriba; las zonas oscuras tenderán a verse claras y las zonas claras tenderán a verse oscuras. Cualquiera que haya trabajado en fotografía sabrá que esto es una imagen en negativo, y que el principio utilizado para obtener la imagen es justamente el principio básico de la fotografía (las cámaras del siglo XIX eran cajas con un pequeño agujero por donde entraba la luz creando una imagen invertida y a las que le situaba una lámina fotosensible que se oscurecía con la luz). El descubrimiento de la cámara oscura es anterior al propio Cristianismo.

Aristóteles en el siglo IV a.C ya la menciona, haciendo una descripción del aparato y del fenómeno que le daba sentido: “Los rayos del sol que penetran en una caja cerrada a través de un pequeño orificio sin forma determinada practicado en una de sus paredes forman una imagen en la pared opuesta cuyo tamaño aumenta al aumentar la distancia entre la pared en la que se ha practicado el orificio y la pared opuesta en la que se proyecta la imagen”.

Hablemos de Mo Tze, nacido en el 479 antes de nuestra era común. También conocido como Mozi o Moti. Escribió sobre un conjunto de innovadoras ideas en los campos de la óptica y la mecánica. Realizó experimentos con espejos cóncavos y convexos así como la refracción de la luz en el agua sentando las bases para el estudio de las características físicas de la luz. Entre sus experimentos se encontraron el realizar estenopos en habitaciones oscuras, lo que lo convierte en precursor de la cámara oscura y, por tanto, de la cámara fotográfica.

En el siglo XIII Roger Bacon conocía ya el fenómeno de la cámara oscura aunque, probablemente, hasta el siglo XV, no se le dio aplicación práctica como instrumento auxiliar para el dibujo.

Una de las paradojas de la historia de la fotografía tuvo lugar en el siglo VI d. C., cuando el alquimista árabe Abd-el-Kamir descubrió una emulsión fotosensible, que se describe más abajo, según sus palabras: “Cuando la plata es fundida, quedan en el fondo del recipiente unas partículas pequeñas de color plomizo. Si estas partículas se toman y se mezclan con resina animal, se obtendrá una solución espesa que deberá ser vaciada en un recipiente donde la luz no penetre. Luego, en la más completa oscuridad, una plancha metálica podrá ser impregnada de dicha solución quedando lista para registrar los contornos de cualquier objeto que sobre ella se coloque cuando se exponga (la plancha) a los rayos del sol”.

En el siglo XV, la Sábana Santa fue comprada por el Duque de Saboya (1453) a la viuda de Humberto de Villersexel, quien era el propietario de la tela en ese momento. Se dice que el pago por la sábana fue un castillo en Francia. Sin embargo, la sábana es ocultada en 1471 (supuestamente) en un relicario de oro. De hecho, el relicario comienza a ser venerado por los fieles, pero no se deja a la vista el manto. No es sino hasta 1506 que el Papa Julio II permite replicar el manto para ser mostrado en otras ciudades. A partir de este momento todas las ilustraciones del manto tienen un parecido con la sábana de Turín.

Cuando algunos postulan sobre que la Síndone no se hizo con la técnica de la cámara oscura tienen razón, pues con esa técnica, la proyección se realiza sobre un lienzo, y tiene que existir un pintor que la dibuje. Y cierto, la Sábana Santa no tiene pinturas, ya que hay efectos de la radiación del Sol que indican que se trata de una emulsión fotográfica expuesta al astro solar.

Haciendo historia diré que el astrónomo inglés Sir John Herschel inventó el procedimiento del cianotipo en 1842. Aunque Herschel lo ideó, fue la botánica británica Anna Atkins, la que lo puso inmediatamente en práctica. Atkins publicó una serie de libros documentando helechos y otras plantas, cuyas ilustraciones eran copias azuladas o cianotipos. Por su serie British Algae, de 1843, Anna Atkins es considerada como la primera mujer fotógrafa. De su mezcla resulta una solución acuosa fotosensible, que se utilizaba para recubrir un material (normalmente papel).

Una imagen positiva se produce exponiéndola a una fuente de luz ultravioleta (como la luz solar) con un negativo. La luz ultravioleta reduce el hierro(III) a hierro(II). A esto le sigue una reacción compleja del hierro(II) con ferricianuro. El resultado es una sustancia insoluble al agua, de color azul (cian) (ferricianuro ferroso) conocido como azul Prusia o Turquesa. Este principio, al que llamamos cianotipo se conoció en la Edad Media y fue usado por los alquimistas sobre telas, siendo Abd-el-Kamir su descubridor en el siglo VI. Posteriormente se usarían telas con nitrato de plata, siendo este procedimiento conocido como Luna Cornata.

En conclusión, unos calcos con Jesús dibujado, y otras partes del cuerpo de un crucificado, según las modas medievales, serviría para colocarlos sobre un lienzo con nitratos o yoduros de plata, para que las partes expuestas al Sol (las que dejaran traspasar los rayos del Sol) generaran un negativo. Así de fácil.

Esta técnica conocida por Roger Bacon hizo que la propia iglesia condenara estas prácticas, escondiendo todo lo relacionado con este procedimiento, para que no se hiciera público.


El procedimiento técnico de la Sábana Santa

Mi prueba de la Sábana Santa realizada con la técnica de la fotografía medieval, la Luna Cornata

Mi prueba de la Sábana Santa realizada con la técnica de la fotografía medieval, la Luna Cornata

Aquí te explico los pasos a seguir para realizar una fotografía medieval, usando el betún de Judea. Se puede sustituir por nitrato, yoduro o cloruro de plata, que ya se conocía durante la Edad Media.

Paso 1. Se disuelve el betún de Judea en polvo en la esencia de lavanda. Por medio de un secado al calor, se obtiene un barniz brillante de color bermejo. Se desparrama esta solución en una capa fina sobre un soporte (vidrio, piedra, cobre, estaño, plata, por ejemplo).

Paso 2. Se expone la placa así emulsionada en el soporte.

Paso 3. Después de la exposición (o dibujo con calco y partes transparentes), ninguna imagen resultaba visible. Se sumerge entonces la placa en un baño de esencia de lavanda diluido, que disolvía las partes que no habían recibido la luz. La imagen obtenida será un negativo. El tiempo de exposición era de varios días a pleno Sol.

Paso 4. Para obtener un positivo se podía obtener con vapores de yodo, obteniendo una imagen positiva sobre plata. Pseudo-Geber («Falso Geber») es el nombre asignado por estudiosos modernos a un alquimista europeo anónimo nacido en el siglo XIII (y a veces identificado con Pablo de Tarento ), que escribió libros de alquimia y metalurgia en latín, bajo el seudónimo de «Geber». «Geber» es el nombre acortado y latinizado de Jābir ibn Hayyān, un alquimista islámico del siglo noveno. En Europa, a partir del s. XIV y durante buena parte de la Edad Moderna, se asumió que «Geber» era Jabir ibn Hayyan y que los libros de «Geber» había sido traducidos del árabe. Los libros que componen el denominado «Corpus de Pseudo-Geber» (o el «Corpus de Geber latino») fueron publicados por diversas imprentas a lo largo de la primera mitad del siglo XVI.

No obstante, antes de la invención de la imprenta, habían circulado ampliamente en forma de manuscritos.

Durante mucho tiempo se asumió que el corpus de Pseudo-Geber había sido traducido del árabe durante la Edad Media y el Renacimiento. Esta suposición fue desmentida en el siglo XIX por los estudios de Hermann Franz Moritz Kopp, Ferdinand Höfer, Marcellin Berthelot y Edmund Oscar von Lippmann.

En primer lugar, no existen ejemplares de estas obras en árabe. Además, aunque el corpus está claramente influido por escritores árabes medievales, en especial por Al-Razi, no guarda una especial relación con ninguno de los trabajos del auténtico Geber.

La fecha estimada para los primeros cuatro libros que componen el corpus es 1310, y no podrían datarse mucho antes, ya que no se ha encontrado ninguna referencia a la Summa Perfectionis antes del año 1300. Por ejemplo, no aparece mencionada en las obras del siglo XIII de Alberto Magno y de Roger Bacon. Los contenidos del corpus reflejan, por consiguiente, el estado de los conocimientos alquímicos que había en Europa en torno a 1300.

Como J. C. Brown señala, en la obra de Pseudo-Geber aparecen conceptos y sustancias que no se conocen en los textos alquímicos árabes de la época y que sólo empiezan a aparecer en los textos alquímicos latinos a partir de finales del s. XIII y comienzos del s. XIV. Es el caso del nitrato de plata, que había aparecido por primera vez poco antes, en el s. XIII, en los escritos de Alberto Magno.

Más aún, hay sustancias que aparecen por primera vez en la historia de la Humanidad en el corpus de Pseudo-Geber, como sucede con el aqua regia, una mezcla de ácido nítrico y ácido clorhídrico, o con el nitrato de plata.

En la actualidad, la práctica totalidad de la comunidad científica acepta que el autor que se esconde detrás de Pseudo-Gener es latino y no árabe. ¿Alberto Magno? ¿Roger Bacon? ¿Pseudo-Geber? Tres alquimistas que usaban el nitrato de plata (cuyo nombre alquímico era Luna Cornata) para realizar fotografías medievales con cámara oscura. ¿Cuál de ellos fue el falsificador de la Sábana Santa?

Mi muestra de la Sábana Santa clonada sigue el mismo principio. Seguí estos pasos. 1. Hice un dibujo en tinta sobre una hoja de calco de papel vegetal. 2. Usé yoduro de plata (aunque se puede usar betún de Judea) como elemento emulsionante, impregnando toda una sábana. 3. Puse el calco vegetal con el dibujo sobre la sábana con el yoduro. 4. Dejé la misma a la radiación del Sol, expuesta a la intemperie, durante 20 minutos. 5. Recogí la sábana, quité el calco y allí estaba el resultado. Tuve unos días la sábana en una habitación oscura para que los emulsionantes acabaran de impregnar los hilos. Así de fácil. Sencillo, ¿verdad?

No entiendo cómo todavía hay quienes intentan desprestigiar los conocimientos científicos del mundo antiguo, diciendo que estas cosas no eran posibles. Como siempre… venderá más la superchería que la ciencia. Y no serán pocos los que atacarán este artículo. La mal llamada Sábana Santa tiene para largo entre los creyentes, y eso es algo que debemos tomar como lógico para que su fe no se vea turbada.

CC BY 4.0 Esta obra está licenciada bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional.

7 comentarios

  1. SANTIAGO GARCIA CARABALLO

    3 octubre, 2018 a las 17:52

    Muy completito, Carlos. Como me gusta a mí, muy bien razonado y documentado, aunque siempre habrá «talibanes» (error: singular «talib», plural «talibán») dispuestos a negar lo evidente y hasta a quemarte en la hoguera, si les dejasen. Sigo a menudo tus noticias y periplos por Facebook. Hará pocos años tuvimos un pequeño intercambio de correos a raiz de la búsqueda de los calcos de Henry Lothe sobre los frescos del Tassili, en el Museo del Hombre, remoto lugar donde tuve la ocasión de visitar dos veces. Ambos lo encontramos cerrado, por reformas, aunque este mes de Mayo en que viajé a París pude visitarlo y admirar uno de los grandes calcos expuestos (los van turnando cada 2-3 meses para protegerlos). Los menciono, y te menciono a tí, en una entrada (Argelia: viaje a las pinturas rupestres del Tassili N’Ayyer) de mi blog (DersuLee). Vivo en Madrid, pero me gustaría tener la oportunidad de escuchar alguna de tus charlas, o apuntarme a alguno de tus viajes. Me jubilo pronto, ya se verá, mientras tanto me limitaré a seguirte. Un abrazo y sigue así.

  2. Muy meritorio su trabajo fotográfico.

    Pero al parecer se le adelantó en varios siglos el genial «protofotógrafo» medieval al que hace referencia Juan Eslava Galán en su libro «El Fraude de la Sábana Santa y otras reliquias de Cristo» indicando el método que utilizó.

    O quizás pudiera ser obra del gran genio del Renacimiento, Leonardo e Vinci, como mantienen Lynn Picknett y Clive Prince tras el re-descubrimiento de su Salvator Mundi en 2005

    Ciertamente es asombrosa la similitud entre el Cristo muerto de la Sábaba Santa y el rostro vivo del Salvator Mundi de Leonardo de Vinci: el mismo cabello, los mismos ojos, la misma nariz, la misma boca……tal que podría llegar a pensarse que la «cosa» fue exactamente al revés, que Leonardo de Vinci se inspiró en el Cristo de la Sábana para pintar su Salvator Mundi.

    http://www.picknettprince.com/books/turinshroud/shroud-salvator_shroud-splitscreen-web.JPG

    ¿Cual es su opinión al repecto?

    Un cordial saludo
    Carlos

  3. Soy médico y he observado que su post contiene errores anatómicos graves, probablemente porque su fuente o fuentes no son fiables y vierten opiniones menos fiables todavía.

    En la foto que Ud. muestra los 5 huesos largos son los 5 metacarpianos (palma de la mano) y es evidente (se ve) que los signos del clavo en la Sábana están en el inicio de la mano (carpo), zona también denominada como muñeca (carpo y extemidad distal de cúbito y radio).

    Esa conclusion no tiene nada de actual, se remonta a 1902 , en el que del estudio que de la Sábana realizaron durante algo más de dos años Yves Delage y sus ayudantes Vignon y Colson se enunciaron muchísimas «cosas», entre ellas las correspondientes a la anatomia de la imagen en ella representada.

    Incluso enunciaron la primera teoría fotográfica, por cierto muy ingeniosa.

    El prestigioso Yves Delage, no creyente, Medalla Darwin, era médico, zoólogo y biólogo, profesor de Anatomía Comparada en la Sorbona y Director de la Station Zoologie de Roscoff .

    Su ayudante Paul Vignon, creyente, era biólogo; mostró una copia de tamaño natural de la fotografía de la Sábana realizada por Secondo Pia que despertó la curiosidad de Delage e iniciaron su estudio.

    Yves Delage escribió:

    «Las manos perforadas en el carpo y no en el metacarpo, según las necesidades anatómicas y contrarias a la tradición.»

    [Les mains percées au carpe et non au métacarpe, conformément aux nécessités anatomiques et contrairement à la tradition.]

    Puede Ud. leerlo de «primera mano» en su carta pidiendo amparo a Charles Richet, director de la Revue scientifique:

    La Revue scientifique au printemps 1902
    Numéro 22 du 31 mai 1902, pp. 683-687:Yves Delage, « Le Linceul de Turin –Lettre à M.Charles Richet»
    http://blog-dominique.autie.intexte.net/blogs/index.php/2006/04/16/title_9

    El punto exacto del carpo por el que el clavo pasó fue definido de manera irrefutable por Pierre Barbet en 1936.

    El trabajo completo de Barbet puede encontrarlo en

    https://mondieuetmontout.com/Menu-P.-Berthe-Doc.-t.s.s.-La-passion-de-N.S.-Jesus-selon-le-chirurgien.html

    Lo referente a los clavos en el carpo en el apartado 11.
    Pierre-Barbet-Docteur-Plaies-des-mains.html

    Los experimentos que soportan el trabajo de Pierre Barbet, con amplísima experiencia como cirujano de “guerra” y como cirujano del Hospital de San José en París, sólo fueron repetidos y con los mismos resultados por otro cirujano coetáneo de Barbet, el Dr. Domenico Tarantini del “Ospedal Generale di Trani”.

    Los realizó sobre doce manos «vivas» (brazos recién amputados)

    Y ello sucede con el trabajo de Pierre Barbet, riguroso para el profesional conocedor de la anatomía y al mismo tiempo fácil y asequible para el lector interesado, que es al que va principalmente destinado.

    Los experimentos que soportan el trabajo de Pierre Barbet, con amplísima experiencia como cirujano de “guerra” y como cirujano del Hospital de San José en París, sólo fueron repetidos y con los mismos resultados por otro cirujano coetáneo de Barbet, el Dr. Domenico Tarantini del “Ospedal Generale di Trani”.

    He traducido lo que considero más substancial al respecto del trabajo de Pierre Barbet sobre este tema:

    “……… habiendo hecho una amputación del brazo en el tercio superior, tomé inmediatamente después de la operación un clavo de sección cuadrada, de 8 mm de lado (como los de la Pasión), cuya longitud reduje a 5 centímetros de largo para comodidad de la radiografía estando la mano plana, la cara dorsal sobre una tabla.

    Coloqué la punta del clavo sobre el medio del pliegue de flexión de la muñeca, el clavo bien vertical.

    Luego, con un grueso martillo, golpeé el clavo, como una persona mañosa que quiere clavar derecha una punta y como un verdugo que sabe pegar fuerte.

    He repetido la misma experiencia sobre varias manos de hombre (la primera había sido hecha sobre una mano de mujer). Los resultados fueron siempre exactamente idénticos.

    Atravesadas las partes blandas, el clavo aborda el carpo y, a pesar de mi mano izquierda que lo aferra, siento que se inclina un poco hacia dentro, penetra sin resistencia y sin problema, tras inclinarse un poco, de manera que la base se inclina hacia los dedos, la punta hacia el codo, para salir a través de la piel del dorso a un centímetro aproximadamente por encima del punto de entrada, lo que constato después de extraer el clavo del tablero.

    Pierre-Barbet-Docteur-figures-ou-photos.html

    Las radiografías hechas inmediatamente: Pensé que, a priori, que el clavo debía hundirse en el carpo y atravesar probablemente el semilunar aplastándolo.

    Los movimientos del clavo durante su hundimiento me hicieron sospechar que había encontrado un camino más anatómico.

    En efecto, sobre la radiografía de perfil, el clavo, un poco oblicuamente hacia atrás y hacia arriba, pasa entre las proyecciones del semilunar y del hueso grande, que están intactos. 

    La radiografía frontal es aún más interesante: la sombra del clavo cuadrado parece rectangular debido a su oblicuidad. El clavo entró en el espacio de Destot; apartó, sin romper uno solo, los cuatro huesos que lo limitan, contentándose con ensanchar su tamaño.

    La disección de la pieza me confirma las comprobaciones radiográficas. El punto de entrada, mediano, estaba un poco por fuera del espacio de Destot, la punta al llegar a la cabeza del hueso Grande, ha resbalado sobre su cara interna, cayendo en el espacio y atravesándolo. Los cuatro huesos se han separado, intactos y sólidamente apretados, por su misma separación, sobre el clavo. Éste reposa por otra parte sobre el borde superior del ligamento anular.

    El punto de salida es ligeramente más alto y ligeramente más interno que el punto de entrada. 

    Si yo hubiera plantado el clavo un poco más hacia dentro* del centro del pliegue, lo que hice en otras experiencias, habría caído directamente en el espacio de Destot, que está un poco hacia adentro del eje de la muñeca, en el eje del tercer espacio intermetacarpiano.

    La oblicuidad del clavo para atrás y arriba es únicamente impuesta por la disposición de las superficies óseas alrededor del espacio de Destot, porque se reprodujo regularmente en todas mis experiencias, y eso a pesar de mi resistencia.

    En efecto, he repetido después una docena de veces la crucifixión de las manos en brazos recién amputados, cambiando el punto de implantación del clavo siempre alrededor del medio del pliegue de flexion. En todos los casos la punta se orientaba ella misma pareciendo deslizarse por las paredes de un embudo y meterse espontáneamente en el espacio preformado.»

    Un cordial saludo

    Carlos

  4. En 1486 se reeditó en Roma la obra «De Architectura» del arquitecto, ingeniero, escritor y tratadista romano del siglo I a.C. Marco Vitruvio Polión.

    Basado en sus indicaciones, Leonardo de Vinci realizó el famoso dibujo el «Hombre de Vitruvio» sobre las proporciones de la figura humana.

    El redescubrimiento de las proporciones matemáticas del cuerpo humano en el siglo XV por Leonardo y otros autores está considerado como uno de los grandes logros del Renacimiento

    Pese a la dificultad de comparar figuras que adoptan posiciones distintas, resulta obvio que la imagen del Hombre de la Sábana, en el supuesto de que se tratara de una imagen pictórica, que no lo es, se alejaría enormemente del canon medieval y se integraría en el canon clásico renacentista, hecho nada misterioso y que no indica más que el que sus proporciones anatómicas son correctas.

    Como curiosidad vea Ud. la comparativa entre el Hombre de la Sábana y el Hombre de Vitruvio que realicé pese a sus muy distintas posiciones:

    https://2.bp.blogspot.com/_Jjbxr59X6iU/TGPBsxfF89I/AAAAAAAAAgg/vr3lkrYLKtI/s400/2-V1.jpg

    (la imagen es de alta resolución admitiendo muy bien el agrandamiento)

    Normalmente la altura se mide con el escaliómetro, en posición frontal erecta, desde la planta de los pies hasta el cráneo (el grosor del pelo evidentemente no cuenta).

    Realizar mediciones en el Hombre de la Sábana es muy complejo, y más todavía si no se realizan sobre sus copias a tamaño natural.

    El «rigor mortis» ha mantenido la posición del crucificado en el momento de su muerte, posición que modifica la altura sumando o restando:

    • La cabeza se halla flexionada hacia delante y la nuca está elevada y tensa (suma altura y todavía más si se añade el cabello a la medida, lo que es incorrecto)
    • Las piernas están flexionadas, especialmente la pierna izquierda (restan altura).
    • Los pies están en hiperextensión, más el izquierdo que el derecho (suman altura).

    Establecer conclusiones «graves», como la deformidad anatómica, de mediciones que son inciertas no me parece apropiado.

    Las mediciones pueden ser tan sólo orientativas y debe hacerse un uso correcto de ellas entendiendo sus limitaciones.

    Yo, que como médico debiera estar «más obligado» a «bien mirar» y a «bien ver», no veo más «deformaciones» anatómicas que las inherentes a los graves traumatismos sufridos por el cuerpo que contuvo la Sábana…..

    Ese saber mirar y saber ver sobre el cuerpo humano lo denominamos las médicos como «inspección», y es uno de los cuatro pilares clásicos de la «exploración» médica (inspección, palpación, percusión y auscultación).

    Obviamente sólo la «inspección» es posible sobre la impronta de la Sábana Santa, y la conclusión de su resultado, la de TODOS aquellos médicos que la han estudiado, es coincidente, se trata de la impronta de un ser humano real.

    Es por ello muy bien entendible que fuera un médico, Yves Delage, el que iniciara el estudio científico de la Sábana al estudiar las fotografías realizadas por Secondo Pía, y que desde entonces, más de un siglo, un sinfín de médicos anatomistas, forenses, cirujanos, internistas, traumatólogos, ortopedas, etc, etc, hayan coincidido en las conclusiones de su inspección, se trata de la impronta de un ser humano real sometido a un severísimo «castigo».

    Como «hecho» curioso por su infrecuencia, el Profesor de Medicina Legal Philippe Boxho, de la Universidad de Lieja, con más de 2000 autopsias en su haber, en entrevista concedida a «La Meuse» (Edition digitale de Liege) se define como «ateo completo», se interesó hace años por la Sábana Santa y la supuso «una auténtica escena del crimen» a la que aplicar su conocimiento como especialista.
    «No cree que Jesús sea el Hijo de Dios» pero sí que sea un personaje histórico» y tiene claro que el Hombre de la Sábana «es Jesús o un hombre que murió como Él».
    Incluye el estudio de la Sábana en el «master» que imparte a sus alumnos y futuros colegas.

    ¿Hay médicos disidentes a este respecto?. Me refiero a las
    conclusiones en los aspectos anatómicos tras realizar una adecuada «inspección» : Son excepción.

    Los escépticos hacen referencia como «disidente» al notable patólogo forense Michael M. Baden, Chief Medical Examiner of New York City, haciendo uso de algunas de las escasas frases que de él conocemos sobre las impresiones que le produjeron las fotografías sobre la Sábana Santa publicadas en el «National Geographic Magazine» y un «set» en blanco y negro procedentes del «Holy Shroud Guild».

    Pese a que Michael Baden exprese el no ser un experto sobre la Sábana («In no way do I hold myself out as an expert on the shroud…») y pese a no concurrir en él la adecuada «inspección» que debe ser imprescindible para un buen juicio diagnóstico voy a considerar interesante esta frase suya por su relación con el tema que nos ocupa:

    «The anatomic accuracy is more what Michelangelo would have done in a painting than actually happens to a body».

    («La precisión anatómica es más lo que hubiera hecho Miguel Ángel en una pintura que lo que realmente le sucede a un cuerpo»).

    [ Michelangelo Buonarroti (1475-1564), grande entre «los grandes» tenía un buen conocimiento de la anatomía humana.]

    El Gran Enigma que plantea la Sábana Santa es cómo puede mostrar una proyección ortogonal de la impronta del cadáver que ha envuelto (las manchas de la sangre evidencian su contacto directo) y que Ud. acertadamente expresa con el ejemplo de la Máscara de Agamenon…..

    Pero ese no es el tema de este comentario sobre la Anatomía del Hombre de la Sábana.

    Un cordial saludo

    Carlos Otal

  5. Desearía saber si la imagen de tu experimento muestra la tridimensionalidad de la de la Sábana Santa. Gracias

    • carlosmesa

      4 agosto, 2024 a las 11:55

      Cualquier imagen, al pasarla por el filtro 3D de Photoshop, muestra tridimensionalidad, que es lo que le ocurrió a la Síndone de Turín cuando le aplicaron ese filtro de Photoshop y que se ve en muchas fotos.

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