Escrita, producida y dirigida por Kenneth Johnson, la serie de televisión V (emitida de 1983 a 1985) se vio en más de 33 millones de hogares y se ha convertido en una verdadera serie de culto que cambió la televisión a nivel mundial. Invasores en monos rojos, gafas oscuras y gorras de béisbol que se escondían detrás de un discurso de paz y un rostro humano pero que, en realidad, eran extraterrestres que buscaban la supremacía total.
Su creador, Johnson, hizo estas declaraciones hace unos años: “Me puse a pensar, Dios, ¿cómo se sentiría la gente común si de repente hubiera un cambio radical en nuestra vida que cambiara todo, si de repente un híperpoder nos invadiera, al igual que los nazis invadieron Europa?”, reflexiona Johnson mientras da cuenta del verdadero mensaje que quería transmitir a través de esta trama y de sus personajes. “He recibido correos electrónicos a lo largo de los años y cartas de personas que dicen: ‘¡Oh, lo entendiste! Sabes que hay reptilianos entre nosotros’”, cuenta el director sobre aquellos que tienen la creencia de que una alegoría política inquietantemente profética realmente controla el mundo.
Pero Johnson es claro al respecto: «No, no hay reptilianos entre nosotros. De hecho, cuando escribí la serie nunca había oído hablar de reptilianos, todo fue un invento mío fruto de la imaginación. MI intención real era crear una parábola antifascista pura, un relato sobre el nazismo ascendiendo al poder en los Estados Unidos y una resistencia que lo combatía».
A pesar del éxito de la serie, el elevado presupuesto que Johnson utilizó incomodó a los ejecutivos de Warner Bros. La secuela que era un hecho y que ya tenía nombre (V: The Final Battle) no contó con su dirección ni aporte creativo. “‘Kenny, no queremos que dirijas nada de la secuela. Tememos que no dirijas la secuela tan rápido y barato como queremos que se haga’”, fue la llamada que recibió y que lo dejó afuera de su propio proyecto. Así finalizó la serie, de forma abrupta.
Tuvimos que esperar a la llegada de David Icke en 1990. Icke era un presentador de deportes para la cadena de televisión BBC, así como un portavoz para el Partido Verde inglés, cuando en 1990, una médium le dijo que era un sanador que había sido puesto en el planeta Tierra por un propósito, y que el mundo de los espíritus le iba a enviar mensajes espirituales. En marzo de 1991, dio una conferencia de prensa para anunciar que él era un «Hijo de la Deidad». Desde 1994 se puso a escribir libros como un poseso. En el centro de su teoría se encuentra la idea de que un grupo secreto de humanoides reptilianos, llamados la Hermandad Babilónica (que incluye a George W. Bush, la reina Isabel II, Kris Kristofferson y Boxcar Willie) controla a la humanidad, y que muchas figuras prominentes son reptilianas.
En 1990, visitó a un vidente que le dijo que estaba en la Tierra con un propósito y que recibiría mensajes del mundo espiritual. Esto le llevó a afirmar en 1991 que era un «Hijo de la Divinidad» y que el mundo pronto sería devastado por maremotos y terremotos, predicciones que repitió en el programa de la BBC Wogan.
Icke afirma que una raza interdimensional de seres reptilianos, los Arcontes o Anunnaki, han secuestrado la Tierra y que una raza híbrida humano-arconte modificada genéticamente de reptilianos que cambian de forma -la Hermandad Babilónica, los Illuminati o la «élite»- manipula los acontecimientos para mantener a los seres humanos atemorizados, de modo que los Arcontes puedan alimentarse de la «energía negativa» resultante.
Tras la obra del escritor británico David Icke, la figura del reptiliano ha cobrado bastante popularidad, asociándola a teorías conspirativas de dominación mundial por parte de los reyes, jefes de estado, aristocracias y magnates financieros, muy ligados a la masonería. También están las historias inventadas por Zecharia Sitchin sobre los Anunnakis, de que fueran realmente reptilianos (aunque luego Sitchin arguyó que él nunca dijo que sus Anunnaki eran reptilianos, y que ese particular fue inventado por algunos de sus adeptos).
En cualquier caso, el inconsciente colectivo hizo el resto. Hoy en día, gracias a la serie V y su posterior influencia en David Icke y otros conspiranoicos, tenemos una raza de extraterrestres reptilianos que nunca habían existido antes de la decada de los años 80.
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