INTERPRETANDO LA ÚLTIMA CENA DE LEONARDO DA VINCI

Voy a dar mi interpretaciòn de la «Última Cena» de Leonardo da Vinci, más allá de novelas como el «Código da Vinci» y otras barbaridades que circulan por Internet.

De izquiera a derecha, analizando los apóstoles, tenemos:

Bartolomé, Santiago el Menor y Andrés en un primer grupo. A continuación vienen Pedro con un cuchillo en la mano. Judás, con su bolsa de monedas. Y un extraño Juan, imberbe y afeminado.

Pedro va armado, como buen zelote. Recordemos que sacará una espada y cortará una oreja a Malco, un soldado romano, cuando estén a punto de capturar a Jesús. Y, sin duda, es la mano de Pedro, dado que no está contorsionada. Y Leonardo era muy cuidadoso con las formas.

El término androginia fue propuesto por Platón en su obra «El banquete«. Platón nos relata cómo en otro tiempo existía una clase particular de ser humano que se llamaba andrógino, este ser reunía en sí a los dos sexos: el sexo femenino y el sexo masculino.

Platón establece el mito del andrógino para explicar dos misterios : el origen del impulso erótico y la naturaleza del estado de perfección. Ni la biología, ni mucho menos la psicología, han logrado explicar cuál es la raíz del impulso erótico; Platón lo hace a través del mito, entendiéndolo como un intento de recuperar nuestra naturaleza primitiva… una naturaleza que se consideraba perfecta e, incluso, capaz de inspirar temor a los dioses, es decir, superior a ellos. Platón explica la sexualidad como una complementareidad : las dos naturalezas, masculina y femenina, son dos partes de un todo que no encuentran su justificación ni sentido sino cuando reintegran el conjunto único originario. Por tanto, dios es hombre y mujer al mismo tiempo.

Especialmente en Florencia, dentro del marco de la Academia fundada por Lorenzo de Medici, serán Marsilio Ficino, Poliziano y Pico della Mirandola los que emprenderán la tarea de conciliar a Platón con el cristianismo a través del neoplatonismo.

De esta forma el Ser por excelencia es Dios y todos los demás seres provienen de él, son criaturas de Dios vestidas con formas sensibles y corruptibles, es decir, transitorias. En este contexto el hombre es a la vez alma inmortal, reflejo de Dios, pero también materia. Por medio de su razón y libertad puede desvestirse de sus vestiduras y llegar al mundo de las ideas (lo divino) por los caminos del conocimiento.

Nuestro hereje, Leonardo, usa este concepto neoplatónico en esta obra.

Estaríamos ante la figura de Juan, imberbe y andrógino. En ningún caso de María Magdalena, como se propuso en la novela «El código da Vinci«, en la cual se afirmaba que un herético Leonardo había introducido, por primera vez, a la prostituta de Magdala. Lo cual no es cierto. Déjame que te muestre el cuadro «Comunión de los Apóstoles o Última Cena«, del 1441, obra de Fra Angélico Fresco, cuyas medidas son de 184cm x 234cm. Se encuentra en el Convento de San Marcos. Florencia.

Como puedes ver aparece Maria Magdalena. ¿Y no se supone que Leonardo da Vinci dicen que introdujo a la Magdalena en su cena famosa por primera vez y que estábamos ante un gran enigma? Pues va a resultar que no hay misterio, pues la pintura de Leonardo es del 1495.

La iluminación del fresco «La Última Cena» proviene de las tres ventanas que se encuentran al fondo. Detrás de Jesús, una ventana más amplia abre el espacio, demarcando también la importancia del personaje protagónico de la escena. De esa manera, Leonardo evita también el uso del halo de santidad que normalmente se disponía en torno a la cabeza de Jesús o de los santos.

Esta es la excusa que usa Leonardo para eliminar el nimbo, la expresión del Espíritu Santo, de la cabeza de los asistentes. Por tanto, sus apóstoles son humanos.

De hecho Jesús también debe serlo porque no hay Grial en su mesa, no hay cáliz, no hay divinidad.

Después de Jesús, a su derecha, tienen que aparecer Tomás, Santiago el Mayor (hermano deJesús) y Felipe. Felipe es quien hace el gesto de llevarse las manos al pecho, indicativo de la presentación del Logos de la gnosis, en su interior.

Y en el último grupo hay algo divertido, los personajes que los interpretan son: Ficino, Leonardo y Platón como Mateo, Judas Tadeo y Simón

De acuerdo con algunos investigadores, Leonardo habría reflejado en el fresco de La Última Cena su concepción filosófica sobre la llamada triada platónica, muy valorada en aquellos años. La triada platónica estaría conformada por los valores de la Verdad, la Bondad y la Belleza, siguiendo la línea de la Academia Platónica Florentina, de Ficino y Mirandola. Dicha escuela de pensamiento defendía el neoplatonismo en oposición al aristotelismo, y pretendía hallar una conciliación de la doctrina cristiana con la filosofía de Platón.

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