¿En qué se inspiró el falsificador de la famosa Cara de Bélmez de la Moraleda? Por si hay algún afortunado que nunca ha oído del inexistente misterio, todo comenzó en agosto de 1971. Una mujer (la difunta María Gómez Cámara) descubre en el suelo de su casa un extraño rostro que le recuerda a la Santa Faz que se guarda en la Catedral de Jaén. Por supuesto, los investigadores parece que no dieron con la pista que les había proporcionado la susodicha: ¡la Santa Faz de la Catedral de Jaén! Lo cierto es que no tiene parecido ninguno. Así que ciertos investigadores comenzaron a buscar por otro lado.
Las caras de Bélmez siempre han sido noticia, pero con la llegada de Ricard Bru éste aseguró haber descubierto que las caras representarían a familiares de María muertos durante la Guerra Civil española. El parecido entre la Pava y el guardia civil Miguel Chamorro, cuñado de María Gómez Cámara fallecido en 1936, se logra, trucando la foto del miembro de la benemérita, incrustándole unos mostachos y doblándole la boca en una inverosímil mueca. Iker Jiménez adoptó la teoría con entusiasmo y, en compañía de Luis Mariano Fernández escribió «El misterio de las caras de Bélmez», libro en el que aparecerían pruebas obtenidas con los métodos de investigación de la policía científica británica, que demostrarían que el parecido entre las teleplastias y varios familiares de María fallecidos en la Guerra Civil serían inexplicables.Iker Jiménez le ha dedicado múltiples programas televisivos en Cuarto Milenio a las Caras de Bélmez, incluyendo uno donde se decía que la IA certificaba que la famosa cara de la Pava pertenecía a ese guardia civil citado.
Os cuento ahora sobre un lugar lleno de historia, ubicado en Somerset, Inglaterra, la Iglesia de Santa María de Templecombe. Esta iglesia anglicana data del siglo XII y está clasificada como un edificio de segundo grado. Originalmente, el terreno en el que se encuentra fue concedido a los Caballeros Templarios en 1185, convirtiéndose en un punto de referencia para su presencia en el suroeste de Inglaterra y en las Cruzadas. Después de la supresión de los Templarios, el sitio pasó a los Caballeros de San Juan hasta la disolución de los monasterios. A pesar de las modificaciones victorianas y los daños sufridos durante la Segunda Guerra Mundial, la iglesia conserva rastros de su estructura original. Una peculiaridad que no te puedes perder es el «Templecombe Head», una pintura en madera del siglo XIII encontrada casualmente en 1945. Esta fascinante pieza, relacionada con los Templarios, demuestra cómo lugares tan antiguos aún pueden revelar sorprendentes secretos, pues la tabla parece representar la cabeza de un Cristo, muy parecida a las representaciones que se hicieron de la Santa Faz por toda Europa, desde que se conoció la Síndone de Turín. Y aquí es donde volvemos a María Gómez Cámara, que ya nos dio la pista y nadie le prestó atención.
Porque sí, la famosa cara de Bélmez, la Pava, la del Guardia Civil, tiene más de un 90 por ciento de coincidencia con la pintura de la Iglesia de Santa María de Templecombe, como se puede apreciar en las imágenes.
¿Y eso qué quiere decir? ¿Hasta dónde vengo a llegar?
Pues que por fin se ha desvelado de dónde se tomó la inspiración de la famosa cara de Bélmez de la Moraleda, lo que demostraría, sin ningún género de dudas, que estamos ante un fraude, una falsificación.Lo cierto es que esa pintura apareció en diversos diarios y revistas de la época del supuesto descubrimiento de la Cara de Bélmez, allá por agosto de 1971. Invito a los investigadores a que busquen si esta pintura se reprodujo en alguna revista o diario de ese año.
Por supuesto grandes investigadores y periodistas, como David Cuevas, nos habían dejado entrever que la famosa Pava de Bélmez tenía pinta de proceder de algún “artista” que se inspiró en alguna iconografía bizantina. Pero ahora tenemos la prueba definitiva de que no andaba muy errado.Fin de la historia. Aunque para algunos, todos esos que han estado viviendo del cuento de la famosa cara de Bélmez, da igual que le presentes la prueba definitiva del fraude, ellos seguirán a lo suyo, porque ello les genera ingresos o fama. Y luego está el problema de la disonancia cognitiva, la incomodidad psicológica que sentimos cuando nuestras mentes tienen dos conceptos contradictorios al mismo tiempo; lo que le impide abrazar la realidad al implicado, cuando su mente se da cuenta de que ha perdido muchas horas de su vida en una historia o aprendizaje que, a la larga, ha resultado ser una fantasía.
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