El nombre de Pazuzu tal vez le sea familiar al seguidor del cine de horror como el demonio que posesiona a Regan MacNeil en El Exorcista (1973); donde aparece con múltiples formas, siendo primero una estatua encontrada en Medio Oriente, luego como una figura llamada «Captain Howdy» que se comunica con Reagan por medio de una tabla oujia, y finalmente como un ser cadavérico de rasgos espeluznantes y a la vez, en el cuerpo de la pequeña Reagan.
Si bien el nombre y el demonio parecen haber sido creados para la película, un conocedor de mitología Asiria y Babilónica puede encontrar a Pazuzu (también llamado «Fazuzu» o «Pazuza») como una de las figuras malévolas más prominentes de dicha cultura; donde es el hijo del dios Hanbi; y funge como señor de los demonios del viento, representante del viento del sur, el portador de las tormentas y el causante de la sequía.
La escultura más conocida de Pazuzu (ubicada en el museo del Louvre, y sirve como base para la imagen que se muestra de él en El Exorcista), lo muestra como una quimera con el cuerpo de un hombre, una cabeza de león, patas de águila, dos pares de alas de ave, una cola de escorpión y un pene de forma serpentina. Se le muestra también con la mano derecha apuntando hacia arriba.
Según la tradición Sumeria, Pazuzu es el demonio del viento del suroeste; una ráfaga del desierto que ocasiona sequía y hambruna durante las temporadas calurosas, y enjambres de langostas durante las temporadas lluviosas.
Al dios se le invoca mediante amuletos que combaten los poderes de su esposa, la maliciosa diosa Lamashtu, quien se creía causaba daño a la madre y al niño durante el parto. Así, Pazuzu actúa como un repelente contra espíritus malignos (a pesar de ser uno él mismo), y protege a la humanidad contra plagas y mala suerte.
En el año 1968, el antropólogo, arqueólogo e historiador William Lambert, identificó un hueso humano con una cabeza humana en Megiddo (el valle donde, de acuerdo con la biblia católica, se librará la batalla del Armageddon), y con una invocación Sumerio-Akkadiana.
Pazuzu, por tanto es el rey de los demonios y esposo de Lamashtu y que tiene una súbita aparición durante la Edad del Hierro como necesidad de una incipiente liturgia mágica en Mesopotamia. La naturaleza de Pazuzu se dispone en dos vertientes: Una como “espíritu benigno doméstico” y otra como “demonio alado” . Como “espíritu benigno” toma la atribuciones de un ente de la anterior Edad del Bronce, “Huwawa”, y de éste adopta los mismos rasgos faciales monstruosos que tiene como misión ahuyentar a los espíritus y visitas no deseadas.
La importancia de la cabeza, y así aparece en los textos rituales, es trascendente al resultar crucial en las exorcizaciones contra una gran variedad de demonios – De ahí que en los anales arqueológicos se conserven más de éstos elementos que de cuerpo entero –. La principal diferencia entre Pazuzu y Huwawa estriba en su especial protección contra demonios alados o “Lilû”, y especial contra su esposa, el demonio femenino Lamaštu.
Como “Rey de los Demonios Alados“, y siendo él uno de ellos, su fortaleza estriba en la dominación hacia sus súbitos y en su orden de retirarse sin causar perjuicio. La segunda personalidad de Pazuzu está definida por los rituales de hechicería y sus invocaciones. En este contexto, el “Rey de los Demonios” es dibujado como un ser estremecedor e itinerante por las ciudades y pueblo, donde busca un sustento que a su vez agradece protegiendo los hogares contra espíritus y el resto de los demás demonios, presentándose como: «Yo soy Pazuzu, hijo de Hanpu, rey de todos los lilû» y que tras ser aceptado a traspasar el umbral, añade: « Yo, el que conjura a los demonios y expulsa la maldad, (donde) yo entro, Dolor y Quebranto no son bienvenidos y (son) rechazados».
Pazuzu era invocado por los sumerios para expulsar a otras demonios, dado que era temido por sus mismos congéneres.
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