En la calle Estruc de Barcelona, encontramos una placa muy extraña al comienzo de la misma, colocada en noviembre de 1998 por el hipnólogo Ricard Bru.
En la placa puede leese lo siguiente:
A primeros del s.XV la gente llamaba a esta calle Astruc Sacanera, o sea del astrólogo o brujo de Sacanera. Astruc es una hierba curativa y un palabra antigua aplicada a astrólogos o brujos. Aquí se vendía la ‘pedra escurçonera’, poseedora de virtudes contra la rabia y las picaduras.
Precisamente en el número 22 de la misma calle hay otra placa que indica que allí era donde supuestamente se vendía dicha piedra. Es decir, se trata de la supuesta tienda del mago Astruc Sacanera.
Plinio el Viejo ya hacía referencia en su Historia Natural al Ovum anguinum a esta curioso elemento, que se solidificaba como una piedra y que era utilizada por los druidas de la Galia como remedio curativo contra picaduras venenosas. Parece ser que en nuestro caso la pedra escurçonera correspondía a un hueso de la cabeza de la serpiente. Sea cual fuere su origen o composición, ésta tenía que aplicarse sobre la herida de tal manera que se adhería o fijaba inmediatamente en la misma hasta que hubiera absorbido todo veneno, momento en que se soltaba de forma misteriosa. Aún hoy se sigue utilizando en algunos lugares del mundo donde es conocida como piedra negra o piedra belga.
Ahora os explicará cómo realizar la “pedra escurçonera”.
Corta un hueso largo de las piernas traseras de un búfalo, vaca o buey; de preferencia un hueso viejo, porque tiene poca grasa.
Lávalo, frotándolo bien, con bastante detergente; sécalo y lávalo de nuevo, mínimo de tres veces, hasta que no tenga grasa o aceite.
Corta en pedazos de aproximadamente 5 cm. por 2 cm.
Límalo bien para abrir los poros del hueso.
Coloca carbón de leña en una plancha metálica, enciéndelo hasta que la plancha este muy caliente.
Cuando esté bien caliente la plancha, abre el carbón y coloca los huesos en filas y vuelve a tapar con el carbón de leña, permitiendo una buena circulación de aire para que el carbón arda mucho.
Mantén los huesos tapados con el carbón, durante 15 minutos.
Abre a los 15 minutos y mira si los huesos están negros y brillantes. Si están de color marrón, vuelve a tapar los huesos.
Si están negros y brillantes, retíralos, sujetándolos con una pinza o alicate y mételo en agua fría cruda, de pozo, manantial o de río (no meterlo en agua tratada con cloro o hervida) durante unos segundos. Así la piedra se hará más dura.
Sin embargo la picaresca hizo que se vendieran piedras de alumbre como si se tratara de “pedras escurçoneras” con un efecto astringente.
Se conoce como alumbre a un tipo de sulfato doble compuesto por el sulfato de un metal trivalente, como el aluminio, y otro de un metal monovalente.
En medicina, el alumbre se administraba al interior, sea disuelto en una poción, a la dosis de diez granos a una dracma por día y más, sea en píldoras en menor cantidad: es un astringente poderoso preconizado en un sinnúmero de enfermedades. Al exterior, se usaba contra las excrecencias fungosas, las úlceras, los dolores de las encías, los sabañones y un largo etcétera.
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